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El inédito ascenso de un espía a la jefatura del Ejército

Por Rafael Saralegui.

El ascenso del general de división César Milani como nuevo jefe del Ejército significa toda una novedad en la tradición de esa fuerza: es la primera vez que el responsable del área de Inteligencia llega al grado máximo en el escalafón, tradicionalmente reservado para otras armas con más raigambre como Infantería, Caballería o Artillería.

Milani reemplazará al frente del Estado Mayor General del Ejército al teniente general Luis Alberto Pozzi. En ámbitos castrenses se dice que no sólo conducirá el Ejército, sino que también pasará a ser el hombre fuerte en la Marina y la Fuerza Aérea, ya que un subordinado suyo, el general de brigada Luis María Carena, pasará a conducir el Estado Mayor Conjunto.

El ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien llegó al cargo para reemplazar a Arturo Puricelli, luego de que este se mudara a Seguridad, en lugar de Nilda Garré, anunció anoche cambios en la conducción de las otras fuerzas. El nuevo jefe de la Armada será el contralmirante Gastón Fernando Erice, que reemplazará al almirante Daniel Alberto Martin, que había asumido en medio del prolongado conflicto por la Fragata Libertad. En la Fuerza Aérea dejará su cargo el brigadier general Normando Costantino y asumirá el brigadier mayor Mario Miguel Callejo, ex combatiente de Malvinas. «Todo los jefes fueron elegidos por Milani», dijo un conocer del mundo militar.

Milani se hizo fuerte durante la gestión de Garré en Defensa.

Milani se hizo fuerte durante la gestión de Garré en Defensa.

Con la llegada de Carena al Estado Mayor Conjunto el Ejército recuperará después de diez años ese lugar que desde 2003 estaba en manos del brigadier general Jorge Alberto Chevalier, quien había sido designado por el presidente Néstor Kirchner en 2003. El ascenso de Carena implicará el pase a retiro de una decena de generales más antiguos que él, ya que tiene cargo de general de brigada; fue ascendido en su cuarto año como coronel. También se descuenta que habrá pases a retiro en la Armada y en la Fuerza Aérea.

La salida de Chevalier, según fuentes del sector, implica también una merma en la influencia que la Fuerza Aérea había logrado en los últimos años. El brigadier saliente no tenía buenas relaciones con Milani, según las fuentes consultadas.

Milani se formó en el arma de Ingenieros pero durante el paso de Garré en el Ministerio de Defensa, se hizo cargo de la de Dirección de Inteligencia. Conservó el cargo cuando fue promovido como subjefe de la fuerza en diciembre de 2010.

Las fuentes consultadas por CyR sostienen que Milani armó una estructura de más de 1200 agentes y que además realizó fuertes inversiones en tecnología. Esto llevó a que se produjeran roces con la Secretaría de Inteligencia, en donde se hablaba de una “secretaría paralela”. Muchos de esos agentes fueron nombrados en los últimos cuatro años y algunos de ellos habían sido desafectados durante la gestión de Pampuro, al frente del Ministerio de Defensa.

Según consigna el diario La Nación, nacido en Córdoba, el nuevo jefe del Ejército egresó del Colegio Militar en diciembre de 1975. Fue el número 63 en su promoción, que también integraba el general Hernán Prieto Alemandi, pasado a retiro obligatorio por Cristina Kirchner en febrero de 2010, luego de que trascendiera una reunión con el entonces vicepresidente Julio Cobos.

Desde el retorno de la democracia no hubo un jefe de inteligencia que haya ascendido a la cúpula del Ejército, donde esa arma es considerada de menor jerarquía que las otras más tradicionales. No es así en la Armada, por ejemplo, donde hombres formados en Inteligencia llegaron al grado máximo del escalafón.

Desde el radicalismo se cuestionó en su momento a Milani, con el argumento de que había participado en el Operativo Independencia, durante la década del 70, donde el Ejército comenzó a practicar los métodos de terrorismo de estado que luego utilizó  mansalva tras el golpe militar de marzo de 1976. Milani estuvo destinado entonces cuando tenía grado de teniente primero. Las fuentes consultadas dijeron que no se conocen antecedentes de que haya participado en secuestros o torturas cuando el Ejército combatía a una fuerza guerrillera del ERP.


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