El jefe interino de la Procuración General de la Nación, Eduardo Casal, se mueve en su despacho cómo si se fuera a quedar mucho tiempo en esa función, luego de haber reemplazado en diciembre a Alejandra Gils Carbó, quien se cansó de las presiones públicas y privadas para presentar su renuncia al cargo.
La salida de Gils Carbó era esperada por el Gobierno desde que Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada, ya que se la vinculaba con el kirchnerismo y se la señalaba, sin pruebas, como un escollo para la puesta en marcha del nuevo Código Procesal Penal, que da todo el protagonismo a los fiscales en las investigaciones, como ocurre en los sistemas judiciales más avanzados del mundo.
CyR adelantó hace varios meses, el 26 de diciembre para ser más precisos, que Casal comenzaba a cobrar consenso en la administración amarilla para quedarse en la Procuración, donde tiene una carrera judicial de años, ante la falta de consenso de los candidatos que se barajaban en su momento.
Días atrás, uno de los columnistas políticos de Clarín, el multimedio más poderoso del país que respalda fervorosamente al gobierno de los Ceos, confirmó que en la Casa Rosada se habían congelado los planes para nombrar a un reemplazante de Gils Carbó, que saliera del riñón macrista.
Exactamente lo contrario a lo que ocurrió en la provincia de Buenos Aires, donde la gobernadora Vidal nombró como jefe de los fiscales, a Julio Conte Grand, tras la salida de María del Carmen Falbo. Conte Grand fue primero titular de la Secretaría Legal y Técnica de la gobernación, antes de ir a la Procuración.
«Tras la renuncia de Gils Carbó se frenó el impulso para modificar la ley de Ministerio Público. Se buscará con más tiempo el consenso político para encontrar un candidato capaz de reunir dos tercios de los votos del Senado. Por ahora sin plazos, el jefe de los fiscales seguirá siendo Eduardo Casal, actual procurador general interino», escribió Julio Blanck, en Clarín.
«Sucede esto mientras avanzan los acuerdos hacia la aplicación del nuevo Código Procesal Penal. Representantes de la Corte Suprema, el Consejo de la Magistratura, el Congreso y el Gobierno, trabajan en este tema. El nuevo Código da más relevancia a los fiscales poniéndolos a cargo de la investigación. Algunos de sus puntos salientes son la agilización de detenciones para los acusados de lavado de dinero y corrupción y la reapertura de causas cerradas en forma fraudulenta», abundó.
Todos los candidatos que se habían mencionado fueron objetados por su cercanía con Angelici, el presidente de Boca y operador judicial del macrismo. La tarjeta roja se la sacó Elisa Carrió, una de las fundadoras de Cambiemos, que sigue de cerca todo lo que ocurre en el mundo judicial y que ya en su momento había frenado la ley de reforma del Ministerio Público.
Hasta que no surja un candidato con consenso entre todas las partes, Casal seguirá en su cargo. Por lo menos, hasta nuevo aviso.