| Por los pasillos

El enojo de Delgado

El fiscal Federico Delgado estaba furioso. Le tocó hacerse cargo del secuestro del padre de Carlos Tevez y se enteraba de las novedades mirando los canales de noticias de televisión. Era evidente que de algún lado salía información para los medios. En el caso estaban trabajando en forma conjunta las policías bonaerense y federal, porque el secuestro ocurrió en la provincia, pero el caso se denunció en la ciudad de Buenos Aires. La filtración podía estar en cualquier lado, menos en la fiscalía. Delgado era consciente del peligro que significa para la víctima dar información con un secuestro en curso. Finalmente, Segundo Tevez fue liberado tras el pago de un rescate. Delgado se descargó enviando un escrito a su jefa, la procuradora Gils Carbó, pidiendo que se redacte un protocolo para estos hechos. Pero en rigor, el llamado de atención debería hacerse a los medios y a los jefes policiales. La fuga está por ahí.


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