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El asesinato policial al hincha de Lanús pone a Casal al borde del despido

Por Ignacio Ramírez

Un hincha de Lanús murió en La Plata en la noche del lunes por el disparo de una itaka a corta distancia. Esa noche el granate  jugaba con Estudiantes. Un disparo de bala de goma de un uniformado que debería proteger y prevenir y que en ese momento se trasformó técnicamente en un homicida. Esa muerte puso otra vez al minstro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, en una posición muy delicada.

Perez quiso frenar los incidentes.

Perez quiso frenar los incidentes.

Otra vez la maldita policía bonaerense parece no tener control. Los efectivos asesinaron sin piedad a un simpatizante que solo quería evitar una pelea entre barras y uniformados. Mientras el futbol vuelve a teñirse de sangre, el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, solo atinó a exigir que a partir de hoy se jugaran los partidos sin público visitante en territorio bonaerense hasta que la AFA y la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (APreViDe) “garanticen  el desarrollo de los partidos sin violencia deportiva».

Hinchas y dirigentes coinciden que la policía de la provincia no está a la altura de la situación. Tras el crimen el hincha, el ministro Casal, anunció que nunca más se usaran balas de goma, que provocaron la muerte de Javier Pérez y heridas graves a otro simpatizante de Lanúes. Casal, con la muerte sobre su espalda, dijo que las balas de goma serán reemplazadas en breve  «por otras que disuadan y garanticen la distancia entre el tumulto y las fuerzas de seguridad».

“Javier era un buen pibe. Laburó siempre por la paz en los estadios. Evitaba los problemas y la violencia. Quiso separar a la barra de la policía bonaerense y fue fusilado. El se interpuso para evitar un mal mayor. La policía lo ajustició a menos de dos metros sin piedad”, declaró Adrián Russo, amigo de la victima quien era un hincha muy querido, integrante de la Subcomisión del Hincha de Lanús, y nexo del club y la barra brava.

Todos los testigos del homicidio declararon que el hincha fue ejecutado sin compasión por la policía. Todavía no se pudo determinar qué fue lo que ocasionó los incidentes en las puertas del estadio. “En las imágenes se ven hinchas con palos, que hubo violencia. Hay varias versiones. Algunas indican que hubo un forcejeo con la Policía, específicamente con estos agentes, y por eso el disparo fue a corta distancia” aunque aclaró que “eso lo va a aclarar la fiscal”, explicó Casal.

Según Nicolás Guerrini, el jefe de guardia del Hospital San Roque de Gonnet, el hincha baleado arribó sin vida y presentaba una “herida penetrante en el área torácica”, producto de un disparo a corta distancia.

“Lo mató la policía. Lo que pasó ayer no fue una pelea entre dos facciones de la hinchada ni nada eso. Lo que el sufrió fue un disparo a corta distancia de parte de la policía. En medio de la represión, que fue terrible e inexplicable”, declaró Javier Maccio amigo de la víctima. El disparo fue certero, lejos de dispersar, fue un disparo mortal.

El ministro de Seguridad tiene fecha de vencimiento.

El ministro de Seguridad tiene fecha de vencimiento.

Fuentes de la gobernación dan cuenta de que el desgaste del ministro Casal ya tiene fecha de vencimiento. Los últimos escándalos en varios pueblos en el interior de la provincia, el contundente informe sobre el caso Candela del Senado de la provincia y ahora el hincha asesinado a quemarropa por el Estado, son demasiados puntos en contra para el ministro.

La muerte del hincha desnuda las serias falencias de un sistema de seguridad bonaerense obsoleto, cuya falla de origen está en el poder político.

«Yo te paro a los pibes», dijo el Jerez  antes  de morir a raíz del disparo policial. El hincha que intentó evitar la crónica de una tragedia anunciada sobre los «granates» en medio de la repetida represión uniformada.


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