Por Rodolfo Palacios.

No es una regla escrita: no está en ningún código procesal ni manual de Derecho. Son dos palabras simples que ciertos abogados penalistas con calle y contactos poderosos suelen decir a sus defendidos cuando están en problemas.

–Negá todo.

Uno de los abogados que más lo aconseja es el mediático Fernando Burlando, el defensor de malos y poderosos, el hombre que coquetea con los políticos, se jacta de tener una agenda con nombres de poderosos y funcionarios. Un hombre que aparece como ideólogo en las sombras del impensado giro del enigmático Leonardo Fariña, el joven contador que confesó en Periodismo Para Todos, el programa de Jorge Lanata en El Trece, que en seis meses llevó a Suiza, por intermedio de oscuras maniobras financieras, alrededor de 55 millones de euros que pertenecerían al empresario K Lázaro Báez. El plan, según el testimonio, se habría concretado a través de  la financiera SGI, de Federico Elaskar, quien lo confirmó ante el propio Lanata.

Sorpresivamente, los dos testimonios más fuertes de la investigación se desdijeron en dos programas de América. Fariña lo hizo en Intrusos: “Lo hice para darle ficción a Lanata”. Elaskar se dio vuelta ante Rolando Graña: “No hubo lavado de dinero, mentí”.

Fariña y Burlando se reunieron el sábado 13.

Después de este giro, Jorge Lanata sospecha que tanto Fariña como Elaskar fueron adoctrinados por intermediarios de Lázaro Báez para que cambiaran su declaración. Del lado opuesto, los kirchneristas dicen que el periodista compró pescado podrido. ¿Es más creíble que Fariña haya engañado a Lanata para ridicudizarlo o que el poder comprometido le haya puesto un libreto a seguir?

Por ahora es un interrogante sin respuesta. El juez federal que investiga la denuncia, Sebastián Casanello, se encuentra ante un camino empantanado: no hay expediente que avance si una denuncia televisiva deja de ser denuncia en el ámbito judicial.

Fariña confirmó que el sábado 13 se reunió con Burlando a tomar un café en Paseo Alcorta. “No tengo entorno ni abogado. Nos juntamos por un tema personal”, dijo el marido de la modelo Karina Jelinek. Pero llamativamente reapareció el martes en el programa de Jorge Rial, fue con varios papeles llenos de anotaciones y contó que vio la cámara oculta que le hizo Lanata unas 22 veces. ¿Esas anotaciones precisas fueron apuntadas por Burlando? ¿Fue una manifestación clara del “negá todo”?

Elaskar dijo en una entrevista que le había mentido a Lanata.

Es sabido que Burlando tiene fuertes vínculos con el poder. Se jacta de tener una buena relación con Aníbal Fernández que nació cuando el ahora senador nacional era jefe de gabinete, se define como amigo del gobernador bonaerense Daniel Scioli y hasta se sospecha que en muchos casos resonantes llega para poner paños fríos. Ya lo dijo su colega Carlos Telleldín, sospechado de ser cómplice de la voladura de la AMIA y otro abogado del diablo: “Burlando aparece de la mano de Scioli. Pasó con el caso de Carolina Píparo y en el de la nena Candela. Burlando para la pelota, maneja la causa y logra que los familiares de las víctimas cambien el odio por la paciencia y no se la agarren con Scioli”.

Un colega de Burlando que se distanció por diferencias irreconciliables, asegura: “Burlando es un bocón. Siempre decía que no había político que no le atendiera el teléfono, desde Macri a Scioli. Más de una vez dijo que conocía a Cristóbal López y a Lázaro Báez, pero decía que mediáticamente no le convenía decirlo porque en esos casos hay que tener perfil bajo”.

Burlando aspira a ser presidente de Estudiantes.

De un tiempo a esta parte, Burlando se ha vuelto una estrella del Derecho. Tiene un equipo con más de veinte abogados, dos estudios (uno en Puerto Madero y otro en La Plata, ambientado como la guarida del personaje de  Al Pacino en la película El abogado del diablo), sueña con ser presidente de Estudiantes de La Plata e incluso aspira a mucho más. Una carrera política o el sillón de ministro de Seguridad bonaerense no le desagradan.

“Este muchacho es muy vivo. Siempre creímos que tenía vínculos con un juez platense con el que hablaba de casos en común de modo suspicaz”, revela un viejo camarista.

¿Cómo conoció Burlando a Fariña? “Los dos son de La Plata. Como Fariña siempre se movió en terrenos sinuosos, lo conoció a Burlando y hasta le marcó clientes”, dice un abogado platense. Pero Burlando dice que lo conoció por su amiga Jelinek.

Es más, durante una cena que compartió con ella en el restaurante del Faena Hotel, en Puerto Madero, un templo del lujo con vajilla dorada, arañas de cristal, alfombras rojas, cortinas blancas de seda y cabezas de unicornio de mármol que sobresalen de las paredes, ella le confesó:

–Tengo un pretendiente millonario.

–¿Lo conozco? –quiso saber él.

–No creo. No es famoso.

–Si te gusta, adelante.

–¿Y si no me gusta?

–No importa. Desplumalo igual.

Ese pretendiente era Fariña. En voz baja, Burlando siempre lo consideró un busca con grandes ambiciones, capaz de no pagar 300 pesos de cuota alimentaria a su ex mujer pero comprarse una Ferrari por 300 mil dólares o cerrar el vip de Tequila o alquilar una casa en Punta del Este por 30 mil dólares.

La vida de Fariña es un enigma. Quienes lo conocen desde antes, lo ven como si fuera otro, como si le hubiese lavado la cabeza, como quien se despoja de los harapos de mendigo para vestir el traje de príncipe. “Le lavaron la cabeza”, dijo su ex mujer. “Se borró. Hable con amigos que dicen que estaba loco, que no entienden como se transformó en esto. Nunca nos peleamos, nunca corto conmigo. Se borró”, dijo otra de sus ex parejas.

Está claro que no cualquiera llega a ser defendido o asesorado por Burlando. Aunque según él nunca le cobró un peso a Carola Labrador, la madre de Candela, la nena asesinada, (lo que quizá demuestra que llegó por contactos políticos), a Carlos Tevez llegó a pedirle 500 mil euros para ocuparse de defender a su  hermano, detenido en Córdoba por el robo de un blindado.

¿Quién es Fariña? ¿Un nuevo millonario o un testaferro que vendió su alma al diablo para salir en las revistas acompañado de una de las mujeres más bellas del país? ¿Un financista con rápidos reflejos y contactos poderosos o un impostor que hasta hace pocos años viajaba en colectivo por La Plata?

Por ahora no hay respuestas. Y Fariña sigue el consejo al pie de la letra. Niega todo.