Por Rafael Saralegui
En el barrio lo conocen como el Padre Toto. Lorenzo de Vedia es el párroco de la villa 21 24, de Barracas, y uno de los referentes a quienes recurren los vecinos cuando hay algún problema terrenal, en los que el intermediario de Dios puede dar alguna mano.
Eso fue lo que ocurrió en la noche del miércoles último, cuando Miguel Altuve, un hombre de 64 años, que vive en un hogar de la zona y es colaborador de la parroquia de las Virgen de los Milagros de Caacupé, para avisarle al cura que un rato antes les habían robado su mochila.
El padre montó en su bicicleta y enfiló hacia la zona del robo para intentar recuperar la mochila y buscar una solución «amistosa». Cuando llegó hasta el lugar no había nadie y volvió hacia la Parroquia. Cuando llegaba se cruzó con tres efectivos de la Prefectura y les preguntó a quien le tocaba patrullar en esa zona.
Uno de ellos le contestó «depende», porque supuestamente la responsabilidad es compartida con la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. El padre Toto pensó que le estaban tomando el poco pelo que le queda. Y les dijo que eran unos «caraduras» y les refirió el robo que había sufrido Altuve.
Uno de los prefectos se acercó corriendo hasta donde estaba el cura y lo enfrentó a poco centímetros como si le fuera a pegar. En esos momentos pasaron unos vecinos del barrio y lo saludaron, lo que frenó la actitud del prefecto. Algunos incluso los cuestionaron: «¿cómo le hacen eso al cura?»
Los prefectos se fueron hasta donde hay ubicada una garita en Luján y Luna, donde habían otros efectivos. Y el atacante frustrado filmaba al cura y a los vecinos con su teléfono celular. Les pidieron que se identificaran, pero no quisieron dar sus nombres.
Luego se supo que el prefecto en cuestión se llama Gabriel Dos Santos, quien pese a su apellido no parece llevarse bien con los religiosos. El cura hizo una presentación en la Dirección de ATAJO -de acceso a la Justicia, que depende de la Procuración- para que se tome nota de lo ocurrido.
El director de ATAJO, Julián Axat, envió un escrito a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para que tome las medidas correspondientes con los efectivos de la Prefectura, que en lugar de evitar el robo a los vecinos se dedican a apretar a los religiosos.
El Padre ToTo fue uno de los promotores de la denuncia contra un efectivo la policía que en junio mató a un vecino del barrio, Cristian Toledo, un muchacho de 24 años, asesinado en un caso evidente de gatillo fácil. Para reclamar justicia dio una misa en las escalinatas del Palacio de Justicia, semanas atrás.
Toledo trabajaba en una ferretería situada enfrente de la Parroquia y el cura lo conocía desde hace tiempo. Hasta TN entrevistó al cura para que contara la alevosía del crimen.