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Dos presos fugados permanecen prófugos mientras el SPF investiga a sus guardias

Por Javier Sinay.

A casi una semana de la espectacular fuga de presos en la Autopista Ricchieri, dos de los evadidos todavía permanecen prófugos. Están siendo buscados por miembros de la Jefatura Departamental de La Matanza y de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI), también de La Matanza: son Hernán David Salas (alias “el Gordo”, oriundo de Fuerte Apache, donde integra la pandilla conocida como “Los Backstreet Boys”, criado en una familia en la que otro hijo también está preso y otros dos han muerto en enfrentamientos con la policía; con varios robos a supermercados en su currículum y condenado a 14 años de prisión por secuestro extorsivo y robo agravado con arma) y Víctor Hugo Martínez (oriundo de Lanús, detenido por un homicidio en ocasión de robo).

La evasión ocurrió el pasado 9 de abril, cerca de las seis y media de la tarde, cuando el camión del Servicio Penitenciario Federal que los trasladaba aminoró su marcha luego de pasar el peaje situado a la altura del Mercado Central. En el interior del vehículo viajaban 33 reclusos, que habían sido recogidos de diferentes tribunales y que volvían a la Unidad 19 del penal de Ezeiza. De alguna manera, cinco de ellos subieron al techo del ómnibus a través de una ventanilla de ventilación y se lanzaron al asfalto, para luego escapar corriendo e intentar esconderse entre los edificios de un monoblock de la zona.

Los presos escaparon por el techo del camión que los trasladaba.

Los presos escaparon por el techo del camión que los trasladaba.

Los fugados restantes fugados fueron recapturados: Cristian Rueda (preso por hurto, todavía internado en el Hospital Evita de González Catán a causa de las heridas recibidas en el intento de fuga); Sergio Agüero (que también sufrió lesiones graves al arrojarse y murió en el hospital Paroissien de La Matanza); y José María Bagnoto (de 26 años, que fue el primero que saltó y que inmediatamente fue perseguido y capturado por los policías que hacían horas extra en las garitas de cobro de la autopista, para luego quedar alojado en la comisaría 1ª de la Distrital Noreste de La Matanza).

Por su parte, los jefes de la División Traslados del Servicio Penitenciario Federal fueron separados de su cargo y los cinco guardias que conducían el camión, relevados e investigados. Un sumario interno se ha iniciado para determinar responsabilidades; interviene también la Unidad Fiscal de Instrucción Número 5 de La Matanza, encabezada por el fiscal Marcelo Diomede, que ya visitó el puesto de peaje e interrogó a los empleados de la empresa concesionaria de la autopista en busca de testigos. Diomede también solicitó las imágenes de las cámaras de seguridad del peaje y de las que están ubicadas a unos quinientos metros, para cotejar los dichos de los testigos y de los custodios que estaban a cargo del traslado de los detenidos. Por último, Diomede investiga a los propios guardias, a quienes imputó por el delito de “facilitación de evasión” antes de pedirle al juez de Garantías del Juzgado Número 5 de La Matanza que envíe la investigación a la Justicia federal, entendiendo que, al tratarse de una investigación que gira en torno a integrantes del Servicio Penitenciario Federal, el fuero que debe actuar es aquel y no otro.

“En la investigación se intenta establecer cómo fue que los presos ganaron al techo y cómo fue que los cinco guardias del Servicio Penitenciario, que viajaban separados de los presos por una reja, no se dieron cuenta de lo que estaba pasando”, dice uno de los investigadores. “Las reglas del Servicio Penitenciario determinan que todos los presos deben viajar esposados en un camión celular, por lo que también habrá que evaluar si esa situación fue un descuido del personal del Servicio Penitenciario. En este sentido, hay que ver si la fuga fue planificada con anterioridad y los presos pudieron tener asistencia, o si aprovecharon la oportunidad frente a una falla en la seguridad”.

A fines de febrero, otra fuga “sorprendió” a los penitenciarios que trasladaban a otro grupo de presos en la misma autopista. En aquella ocasión, el camión celular se dirigía a la cárcel de González Catán y seis reos lograron romper el piso del vehículo para arrojarse al pavimento de Tapiales. Al día de hoy, han sido detenidos.


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