En estos tiempos de pandemia y aislamiento quedó en evidencia que los trabajos de cuidado, excluidos en general por las ciencias económicas como parte de todo un sistema productivo, ha sido el sector más activo durante una pandemia que desaceleró la economía a nivel mundial.
Todo se puede frenar menos el cuidado de niñas y niños, de personas enfermas, de personas con discapacidad que necesitan asistencia o aquellos trabajos comunitarios que sostienen en los barrios los comedores o merenderos.
No es ninguna novedad que la distribución de las tareas de cuidados está a cargo, la mayoría de las veces, de mujeres y LGTBQ+ , que son tareas no remuneradas, mal pagas o poco reconocidas y a lo largo de los siglos se ha instalado en nuestras culturas que estos trabajos corresponden “naturalmente” a las mujeres. La inequitativa distribución y organización social del cuidado, es una de las principales causas de las brechas de género, entre ellas la salarial y la feminización de la pobreza.
Uno de los logros de los movimientos feministas de los últimos años, es instalar la importancia de abordar los trabajos de cuidados como un tema político y económico definiendo la injusta organización social del cuidado como el corazón de las desigualdades por razones de género.
Porque esta desigualdad no es “natural”, los cuidados deben redistribuirse con corresponsabilidad del Estado, de las empresas, y de las familias diversas.
Es por ello que uno de los ejes centrales del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad es promover un cambio profundo en las bases de nuestros sistemas de cuidados. Si bien nuestro país tiene una larga historia de derechos y de políticas públicas en esta materia, esta es la primera vez que desde el Estado se aborda esta desigualdad desde una perspectiva de género, de manera integral y articulada.
Desde los primeros meses del año creamos la mesa interministerial conformada por catorce ministerios y agencias nacionales que actuó y trabajó intensamente coordinando las diversas perspectivas y especificidades de cada organismo siempre desde una perspectiva de género.
Es imperioso que desde el Estado logremos una intervención integral en la organización social del cuidado.
A través de La Campaña Nacional “Cuidar en Igualdad. Necesidad, Derecho, Trabajo” estamos haciendo un recorrido por las provincias del país para recuperar saberes, experiencias y prácticas de manera federal.
Una de las acciones centrales que contempla la Campaña Nacional “Cuidar en Igualdad” es la realización de Parlamentos Territoriales de Cuidado. A partir de estos encuentros queremos construir de manera colectiva una serie de acuerdos mínimos que nos permitan planificar acciones conjuntas para revertir la actual feminización en la organización social de los cuidados.
También creamos la Comisión redactora del anteproyecto de ley por un sistema integral de cuidados con perspectiva de género que comenzó ya sus encuentros y rondas de consulta con la mesa interministerial, con las centrales y organizaciones sindicales, pronto con diputadas que vienen trabajando intensamente y continuará con diversos sectores que abordan el tema.
Este año, con nuestro gobierno, comenzamos a impulsar seriamente las políticas públicas necesarias con participación social, política e interagencial entendiendo que democratizar los cuidados es justicia social.
*Secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad. Ministerio de las Mujeres Géneros y Diversidad