| Día Internacional de la Mujer

Desde adentro, una marcha por la igualdad: no hay nada que festejar

Porqué marcharon ayer miles de mujeres. La inexplicable represión de la policía dos horas después de finalizada la manifestación.

marchaPor Verónica E. Allen.

8M.

«La mujer es el negro del mundo.

Si lo es…

Si no me crees mira la que está contigo

Sí, lo es…

Si lo crees, mejor pega un grito.”

Escribió John Lennon en su tema de 1972, «Woman is the nigger of the world».

Ayer, Día internacional de la Mujer, el grito se pegó en más de 50 países alrededor del mundo que se sumaron al reclamo por la reivindicación de derechos que tanto nos cuesta obtener a las mujeres: igualdad de oportunidades, igualdad de salarios, igualdad de elecciones para nuestra vida, igualdad civil, económica, social, cultural…

Igualdad.

Un «ruidazo», lleno de bombos, cánticos, bocinas que se hicieron presente en gran parte de la ciudad, dio comienzo a horas del mediodía, al día de protesta que conmemora la muerte de 146 personas, en su mayoría mujeres, quienes fueron calcinadas durante un incendio en una fábrica textil donde las trabajadoras denunciaban las precarias condiciones laborales a las que eran sometidas.

No hay nada que festejar.

«El 8M dejó de ser un día más, o un día de felicitaciones y saludos, para transformarse desde hace algunos años en plataforma para visibilizar los reclamos que nos unen como mujeres y contra la sociedad patriarcal en la que vivimos», aseguró Lucía, socióloga que asistió a la marcha junto a su pequeña hija de 7 años.

Mariela, su compañera, agregó: “Sí bien los reclamos que nos encuentran en la marcha son tan variados como cantidad de mujeres presentes, el mensaje es uno solo: estamos aquí para acabar con este sistema cruel de aplastamiento en todo sentido, en el cual desde que nacemos y por ser mujeres nuestra vida parece valer mucho menos. Donde estamos expuestas a la degradación solo por vestirnos como elegimos hacerlo, donde debemos crecer con temor de muchas situaciones y prevenirnos de infinidad de sucesos posibles que atentan contra nuestra seguridad y nuestra integridad. Todo eso solo por el hecho de ser mujeres».

Es una realidad que en Argentina el tema sobre la igualdad de género logró alcanzar a la opinión pública e instalar el debate en la sociedad. Pero, los números frente a los femicidios, uno de los principales reclamos presentes en la marcha, ¿lograron bajar?

Según datos oficiales,  los cuales comenzaron a ser relevados solo a partir de unos años atrás por La Casa del Encuentro (una red social que boga por los derechos femeninos), entre 2008 y 2014 hubo 1808 femicidios en la Argentina.

Estos datos arrojan un total de 2518 niños que entre 2008 y 2014 se quedaron sin mamá. Un 65 por ciento de ellos, menores de edad.

Los números entre enero y octubre de 2015 no frenaron y las estadísticas muestran 233 femicidios ocurridos durante ese año en tan solo siete meses.

Durante el 2016, la cifra ascendió a 290 femicidios.

De ellos, 102 fueron llevados a cabo por hombres cercanos a las víctimas. Tan cercanos como sus maridos, novios o ex parejas. En la mayoría de los casos, son los niños los que relatan la historia a la justicia. Porque ellos estaban allí cuando ocurrió.

Muchas fueron muertes anunciadas ya que, en su momento, las víctimas habían realizado la denuncia en la policía de quienes finalmente serían sus asesinos.

En los pocos meses que trascurrieron de 2017 ya son 16 los casos de mujeres asesinadas por femicidio. Las estadísticas son alarmantes: un femicidio cada 30 horas.

La marcha tenía mucha tela por cortar. Y miles de mujeres se hicieron presentes. Muchas más que en la última realizada el 19 de octubre de 2016, donde las mujeres se convocaron bajo la consigna principal del “Ni Una Menos”.

Hubo mujeres que decidieron marchar solas, con sus amigas o familiares, otras bajo la bandera de distintas organizaciones sociales, estudiantiles o políticas.

Pocos hombres acompañaron en el avance de mujeres desde el Congreso  de la  Nación hasta la Plaza de Mayo, donde hubo un grupo de oradoras que manifestaron los principales puntos de reclamo: la lucha contra la trata de personas, las desigualdades laborales, la explotación sexual, el aborto libre, seguro y gratuito y sobre todo el cese de la violencia de género.

A partir de las 21 la marcha comenzó a retirarse.

Todo transcurrió en un clima de unión y diversidad de opiniones. Solo hacia el final de la reunión, un pequeño grupo de manifestantes provocaron un principio de incendio frente a la Catedral, se lanzaron algunas latas de cerveza contra las vallas colocadas por la policía, pero el incidente no duró más de 10 minutos y se extinguieron sin ocasionar mayores daños.

Los incidentes graves con la policía se presentaron alrededor de las 23 horas cuando eran pocas las manifestantes que quedaban y los medios, en su mayoría, se habían retirado.

Unas 20 mujeres fueron detenidas y llevadas a distintas comisarías de la zona, entre ellas las comisarías 1°, 4°, y 30°.  Arrojándoles gases lacrimógenos y llevándolas en algunos casos arrastrándolas y esposadas.  Entre los detenidos había algunos hombres y un menor que fue trasladado al Instituto Inchausti.

Muchas pasaron la noche en la comisaría, y aún se desconoce las razones para su detención, aunque compañeras de las mujeres que se hallaban en esa situación se mantuvieron en las puertas de las comisarías para reclamar la liberación de las chicas y denunciaron la “arbitrariedad” con que resultaron arrestadas, cuando incluso “ni siquiera estaban en la zona donde se habían producido los disturbios frente a la Catedral”.

Finalmente, a horas de la mañana las liberaron por orden de los jueces de turno, Laura Bruniard y Alejandro Cilleruelo, luego de la presentación de un habeas corpus por parte de distintas organizaciones que se hicieron presente.

“Ser feminista no debe ser en ningún caso una vara con las que te pueden castigar por pensar distinto, se trata de equidad, de ser libres de pensar y hacer. No solo como mujeres, sino como seres humanos iguales unos a otros”, expresó Laura, activista por el feminismo y una de las asistentes al 8M.

Emmanuel, uno de los tantos hombres que se sumaron apoyando la marcha desde sus lugares, escribió en sus redes: “8M significa que te saques de la cabeza que tu nuera no es la perra, que tu suegra no es la bruja, que tu vecina no es la putita, que tu jefa no ascendió por usar rodillera, que la que juega al fútbol no es una machona, que la piba de la pollerita corta no es una atorranta, que la golpeada no es por algo será o porque algo habrá hecho, que la mujer no nació para servir…8M significa que nos quitemos el patriarcado y el machismo de la cabeza y juntos sigamos luchando por los derechos y la igualdad de género”.

El Día Internacional de la Mujer fue muchas cosas: fue diversidad, aceptación, encuentro, gritos, ruidazo, charla, cambio, reclamo, dolor, indignación y debate. Fue sobre todo un día donde la esperanza por poder ser como cada mujer elija ser, sin por ello ser discriminada o incluso asesinada, se hizo presente para quedarse.