Un crecimiento vertiginoso, desde un kiosco en Ituzaingó a una agencia de autos en Miami, una adicción al juego y deudas millonarias, son el guión de la vida de Fernando Pérez Algaba, el empresario a quien mataron a tiros y luego descuartizaron.
Los investigadores descubrieron que tenía deudas millonarias, varias de ellas por el juego, por las que recibió cerca de 200 mensajes amenazantes que ahora investiga la Justicia.
Quizás por su amor por los dólares, al hombre lo llamaban «Lechuga». Por estas horas, personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora se encuentra recabando testimonios de amigos y familiares.
Según las fuentes que consultó la agencia Télam el hombre «tenía más de 200 mensajes amenazantes en su celular de distintas personas», por lo que los investigadores avanzan en las declaraciones, aunque muchos de los testigos no aportan datos por «temor».
La misma fuente precisó que Pérez Algaba «era ludópata y hábil para los negocios», y que dicha adicción se acrecentó durante la pandemia del Covid-19, cuando la combinó con el trabajo de trader en el ambiente de las criptomonedas.
Las hipótesis
«Era inteligente, empezó de muy de abajo y empezó a ganar buena plata. Se cebó y como tenía amigos y conocidos de guita, comenzó a moverla en el circuito hasta que un día perdió y empezó deberle a mucha gente. No hay una cifra precisa, pero se habla de entre tres y diez millones de dólares. En su celular hay más de 200 mensajes de amenazas de distintas personas», explicó el vocero.
A raíz de ello, los investigadores barajan distintas hipótesis y todas ellas apuntan a un ajuste de cuentas por motivos económicos.
«Una hipótesis es que lo mataron en Ituzaingó, en un lugar que aún no está establecido, y de allí lo transportaron en una valija hasta la zona de la feria La Salada, donde no hay cámaras de seguridad», precisó un pesquisa.
Por el tipo de cortes que tenía el cuerpo, se cree que el descuartizamiento lo pudo realizar un carnicero o una personas hábil en el manejo de los cuchillos.
Otra línea investigativa apunta a que Pérez Algaba se presentó en un barrio privado de la localidad de Ituzaingó para realizar un negocio inmobiliario que le iba a reportar un dinero «importante» y que desde allí desapareció. El cuerpo descuartizado del empresario fue hallado el domingo aunque recién fue identificado días después.
En la misma valija donde se hallaban los miembros superiores e inferiores del empresario, la policía encontró documentos de identidad de una familia de la zona, que fue citada a declarar ante el fiscal Marcelo Domínguez, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Lomas de Zamora.
Tras esas declaraciones, el fiscal solicitó cuatro órdenes de allanamiento de urgencia en distintos domicilios del sur del conurbano bonaerense, en uno de los cuales detuvo a una mujer trans, identificada por la policía como Nicol Alma Chamorro, ya que fue la última persona que tuvo en su poder esa valija.
Los investigadores se encuentran analizando una serie de posteos realizados por la víctima en redes sociales y mensajes que mantuvo con otras personas por WhatsApp, especialmente con un hombre que le reclamaba el pago de una deuda cercana a los 70 mil dólares.
Los últimos movimientos
Al empresario lo buscaban desde el lunes, tras la denuncia de la propietaria de un departamento que él alquiló por una semana en el partido de Ituzaingó.
Según declaró la mujer, Pérez Algaba, que residía en el último tiempo en la ciudad española de Barcelona, la contactó por redes sociales para alquilarle un departamento situado en la calle Olazábal al 1000 desde el 13 al 19 de julio y como no supo nada más de él cuando debía devolverle las llaves del inmueble radicó una denuncia.
Tras ello, el fiscal que estaba de turno, Marcelo Tavolaro, de la Unidad Funcional de Instrucción descentralizada de Ituzaingó, ordenó una inspección en el departamento que Pérez Algaba había alquilado y halló su pasaporte, una computadora, ropa, dos valijas, un bolso de mano y una constancia de atención médica psiquiátrica por trastornos de ansiedad, indicaron las fuentes.
Tras el hallazgo del cadáver, la causa quedó en manos del fiscal Domínguez, quien llevaba adelante diversas diligencias con el fin de esclarecer lo ocurrido, entre ellas el análisis de las cámaras de seguridad del edificio donde vivía y la computadora personal.
Pérez Algaba se dedicó a operaciones en criptomonedas y a la compra y venta de automóviles de alta gama, quien creó una empresa en estado de Florida, en la costa este de Estados Unidos.
Un informe financiero reveló que el empresario tenía califiación como agente «irrecuperable» por sus deudas a través, principalmente, de la empresa Motors Lettuce S.R.L., que creó en 2019.