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Denuncian que el Servicio Penitenciario de Mendoza está al borde del colapso

Por Ignacio Ramírez.

Abusos, falta de personal y fallas en la seguridad, toma de rehenes todas las semanas, fugas, y dedocracia son algunas de las peripecias que padecen los empleados penitenciarios en la provincia de Mendoza.

En silencio, diariamente se viven situaciones traumáticas, y abusos por parte de un Estado casi ausente. El sistema está a punto de colapsar, segúnlo denuncia el presidente del gremio penitenciario, Walter Klainbard, a Crimen y Razón.

“La falta de personal es una de los grandes temas que repercute en la seguridad de los penales. La cantidad de agentes no condice con el número de internados privados de su libertad. No tenemos las condiciones mínimas para garantizar la seguridad en las cárceles de la provincia”, denuncia el presidente del  Sindicato de Empleados Civiles Penitenciarios Profesionales de Seguridad y afines, Walter Klainbard.

Actualmente por módulo, que tienen aproximadamente entre 60 y 70 internos, sólo hay tres agentes para custodiarlos. Según el Sindicato, deberían ser por lo menos seis agentes, para garantizar la mínima seguridad.

El gremio penitenciario denuncia que no dan abasto.

El gremio penitenciario denuncia que no dan abasto.

Otro capítulo tiene como actor a la División de Traslados y Custodias del Servicio Penitenciario. Sólo tres custodios trasladan entre 15 a 18 internos por móvil, cuando en realidad deberían transportar de 6 a 8 internos; con 6 custodios.

“La situación es crítica. Hay 15 móviles que no son acondicionados y  que rara vez tienen mantenimiento real. Se los excede de carga, peligrando así la vida de los agentes y los detenidos. El sistema está cerca del colapso, hay excesos políticos, que trasforman en la dedocracia y no la carrera penitenciaria”, indica Klainbard que con 22 años de servicio, y un legajo admirable, tiene solo la segunda jerarquía del escalafón. Mientras hay directivos o políticos que lograron maratónicamente en  meses la máxima jerarquía.

La agrupación gremial que lucha por su aprobación, informa que la situación de los 6000 empleados penitenciarios, entre personal de custodios y seguridad padece, por lo general: estrés, depresión, desamparo, desarraigo, mínimas condiciones de trabajo y falta de contención ante las situaciones críticas.

Y aseguran que tienen los mismos problemas de déficit educacional y sanitario que la mayoría de los presos. Sostienen que son habituales la toma de rehénes, las fugas o evasiones, las golpizas a penitenciarios, y la falta de conducción en materia carcelaria. También los suicidios de internos o los asesinatos.

“El personal no tiene asistencia, y es imposible seguir con el servicio actual. El personal no tiene ropa, seguro, comida. No contamos con equipos de comunicaciones, grupos electrógenos, ambulancias. No hay medios para poder trabajar dignamente. Hoy si te pasa algo en el penal, estas abandonado a tu suerte. La situación está al límite”, asegura Klainbard.

En el 2012, la Subsecretaría de Justicia de la provincia de Mendoza, creó la Defensoría del Personal Penitenciario, entidad destinada, no sólo a hacer cumplir los derechos, sino también a canalizar los distintos reclamos o denuncias que surjan por parte del personal.

Esta iniciativa forma parte del programa “Cuidar a los que cuidan” impulsado desde la Dirección General del Servicio Penitenciario y busca mejorar la calidad de vida de los penitenciarios. A casi un año desde su lanzamiento, parecería que no pudo cuidar a los que cuidan


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