Una mujer de 27 años denunció que personal médico abusó de ellas cuando tuvo que internarse de urgencia en el Sanatorio Güemes, ubicado en el barrio de Palermo, para operarse debido a los dolores que sentía por cálculos biliares.
Según consta en la causa judicial en base a los informes de los médicos legistas, la víctima contó haber sentido mareos durante el ingreso al quirófano, producto de una especie de anestesia que le aplicaron.
Dijo además que cuando recobró la conciencia sintió molestias en su cuerpo pero no supo saber su origen.
Una vez de regreso en su casa, el marido de la denunciante descubrió unas marcas extrañas en la entrepierna y en la zona de la cola de su esposa, por lo que tras realizar una consulta a la línea de violencia de género la mujer denunció lo ocurrido al 911 y se realizó un operativo de rutina para estos casos.
«Cada vez que intentaba conciliar el sueño me despertaba sobresaltada o cuando lograba dormirme me quejaba y volvía a despertarme; me pareció muy extraño esto ya que me sentía rara y perturbada. Esa noche seguí con menos dolor, pero con la imposibilidad de conciliar un sueño tranquilo, seguía despertándome sobresaltada», relató la mujer.
Y siguió: «Para esto ya era el día 27 de agosto. Me bañé y al terminar mi esposo me ayudó a cambiarme y notó las marcas en mis piernas, caras internas de los muslos, glúteos y piernas».
Se inicia la causa
Tras la intervención policial, se consultó a la fiscalía y abrió una causa por «averiguación de abuso sexual», por lo que la mujer fue llevaba al hospital Ramos Mejía.
Allí, los médicos «constataron las lesiones» que coincidían con un horario de evolución de 48 horas, lo que coincidía con el momento de la intervención en el sanatorio.
Inmediatamente, la mujer comenzó un tratamiento para prevenir un embarazo no deseado o cualquier tipo de enfermedad de transmisión sexual.
Además la evaluó el jefe del Departamento de Salud Mental del sanatorio Méndez, quien diagnóstico estrés post traumático y la medicó para atenuar los síntomas de ansiedad, peligro, insomnio, miedo y pesadillas que estaba padeciendo.
Al respecto, la abogada de la mujer, Raquel Hermida Leyenda, dijo a TN que «la prueba más importante de este abuso la da el hospital Ramos Mejía, que tuvo a cargo verificar el abuso sexual. Las fotos advierten manos en la cola de la víctima, moretones en la entrepierna, situaciones típicamente compatibles con abuso sexual».
Poca colaboración
«Es un abuso sexual muy grosero que se llevó a cabo en el quirófano del Sanatorio Güemes, con ella dormida, en ocasión de una operación de urgencia en plena pandemia, el 25 de agosto. Su marido estaba esperándola. Es gravemente ultrajante», aseguró le letrada en diálogo con Télam.
Por último, Hermida Leyenda explicó que el sanatorio «tuvo poca colaboración con lo ocurrido», ya que, según explicó, «aporto pruebas erróneas».
En principio, las pruebas aportadas por el sanatorio fueron las imágenes de las cámaras de seguridad, que no coinciden con el día y horario de la operación, pero además no aportaron aun los datos de los empleados que estuvieron en la operación, agregó.
«Los principales sospechosos son el anestesiólogo y las personas que lo acompañaban, no hay nombres ni apellidos, el sanatorio tiene un manto de encubrimiento», agregó la abogada.
Dijo esperar que «esto cambie y se investigue seriamente lo ocurrido, ya que dejó a una familia destruida».
El caso lo investiga el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nª 47, a cargo de Mónica Berdión de Crudo.