| Investigación

Declaró una mujer por el crimen del empresario descuartizado

Rechazó que los dos hombres que están prófugos pudieran ser los asesinos de Pérez Algaba.

Flavia Lorena Bomrad, la única mujer que está presa por el homicidio de su amigo Fernando Pérez Algaba, negó tener cualquier vinculación con el crimen, al declarar ante el fiscal de la causa.

Al mismo tiempo, defendió a los prófugos Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas, de quienes dijo que «no les da el perfil» para matar a Pérez Algaba.

La mujer, de 38 años, fue la única de los cuatro presos por el asesinato de Pérez Algaba que aceptó declarar en las indagatorias ante el fiscal Marcelo Domínguez, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Lomas de Zamora.

Los otros sospechosos que están bajo arresto son Matías Ezequiel Gil, Fernando Gastón Martín Carrizo y Luis Alberto Contreras.

En tanto, por el caso permanecen prófugos Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas, las dos últimas personas con las que Pérez Algaba tuvo contacto el 18 de julio último en el predio «Renacer» de General Rodríguez.

Un tema de plata

En su indagatoria de este martes, Bomrad aseguró ante el fiscal que, a su criterio, el crimen de su amigo «tuvo que ver con un tema de plata» y que no se sorprendió cuando desapareció y dejó de contestar sus llamados el 18 de julio pasado porque «supuso» que había regresado a Barcelona tras cobrar una suma de dinero que le adeudaban.

«Dimos por hecho en el grupo de amigos que Fernando se había ido con la plata que había cobrado», dijo la gestora, en referencia a una deuda de 150 mil dólares que suponía que le había pagado -en dos partes- su exsocio Pilepich.

La gestora admitió ante la Justicia que mantenía una relación sentimental con Pilepich y que éste le dijo que le dio el dinero que le debía esa tarde del 18 de julio en el emprendimiento inmobiliario «Renacer», donde vieron por última vez el empresario.

En su indagatoria, Bomrad reiteró que aportó toda la información a los investigadores cada vez que la requirieron y afirmó que durante el día que desapareció Pérez Algaba no tuvo contacto personal con él y que su día transcurrió con normalidad.

Luego, Bomrad admitió que el 19 de julio se encontró con Pilepich en la zona de Morón, que ambos se dirigieron en la camioneta Mercedes Benz del prófugo a un hotel alojamiento y que lo notó «normal».

Manchas de sangre en el vehículo de Bomrad

Respecto a las manchas de sangre que fueron halladas en el asiento trasero de su vehículo que fue secuestrado este lunes tras un allanamiento en su vivienda, la gestora dijo que pertenecen a su perro Bull Dog Francés que el 21 de junio pasado tuvo cría y la tuvo que trasladar a una clínica veterinaria, y que el arito «seguramente pertenece» a alguna de sus sobrinas.

«Fernando no subió nunca al vehículo, la última vez que lo hizo fue hace casi un año», dijo la imputada, quien reconoció que es legítima usuaria de una pistola Bersa calibre 9 milímetros compacta que se compró «por seguridad el año pasado».

También refirió que esa pistola era la que en una oportunidad le sacó su amigo Pérez Algaba «para defenderse de Gustavo Iglesias», el barra de Boca al que le debía 300 mil dólares y que lo amenazaba mediante mensajes telefónicos que le iba a «cortar las manos».

Además, la mujer esbozó una defensa sobre los prófugos Pilepich y Vargas, de quienes dijo que «no les da el perfil» como para concretar un crimen.

«No creo que ellos hayan matado a Fernando, ni sé quién lo hizo, porque él mismo le debía plata a todo el mundo. Pero no los veo a Maxi y a Nahuel haciendo una cosa así», agregó la gestora, tras lo cual señaló que, a su criterio, «el asesinato tuvo que ver con un tema de plata».

Pidieron la captura nacional e internacional de dos sospechosos

El fiscal que investiga el homicidio solicitó la captura nacional e internacional de los dos prófugos que admitieron haber estado con la víctima el día que desapareció, mientras que indagan a los cuatro detenidos por el crimen, informaron fuentes judiciales.

El pedido de captura nacional e internacional lo pidió el fiscal Marcelo Domínguez, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Lomas de Zamora, para Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas, las dos últimas personas con las que Pérez Algaba, alias «Lechuga», tuvo contacto el 18 de julio último en el predio «Renacer» de General Rodríguez.

Fuentes judiciales confirmaron a Télam que el arresto de los dos sospechosos fue dispuesto por el juez de Garantías 4 de Lomas de Zamora, Sebastián Monelos, aunque cuando la policía fue a buscarlos a sus domicilios ya no los encontró.

Además del homicidio, a Pilepich, Vargas y Contreras se les imputa, en concurso real, el delito de falso testimonio a raíz de sus dichos al ser convocados al declarar en el inicio de la investigación.

Foto archivo

Foto: archivo

Para fundamentar los pedidos de arresto, el fiscal hizo hincapié en pruebas basadas en análisis de las comunicaciones y movimientos de los celulares que utilizaban la víctima y los sospechosos.

Domínguez afirmó que el móvil del crimen del empresario Pérez Algaba fue una deuda por 50.000 dólares y por 17 terrenos que el imputado Pilepich debía entregarle a la víctima, quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio hasta el predio de General Rodríguez a encontrarse con él.

Camino a ese campo, donde se cree lo mataron, «Lechuga» reconoció en un mensaje de audio que temía por su vida ante la posibilidad de que lo atacaran.

Amores y odios

En el mismo escrito -al que tuvo acceso Télam-, el representante del Ministerio Público expresó que, más allá de sus negocios en común, entre Pilepich y Pérez Algaba existía «una relación de amores y odio, en la que se advierte y se puede afirmar la existencia de discusiones peleas y amenazas que se efectuaban entre ambos».

Incluso hace mención a un antecedente en el que Pilepich le disparó a la víctima, aunque sin herirlo, en el mismo campo de General Rodríguez.

En un primer tramo de su acusación, el fiscal sostiene el agravante de un homicidio por «codicia» al entender «que existía una acreencia de la víctima para con Maximiliano Pilepich» y que el crimen ocurrió «luego de suscribir un documento de reconocimiento de deuda en una escribanía».

Los arrestos de tres de los hombres se realizaron en el marco de los 18 allanamientos en las localidades de Hurlingham, Castelar y Morón, en el oeste del Gran Buenos Aires; en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, y dos en la ciudad de Buenos Aires.

Los efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora incautaron armas, teléfonos celulares, dispositivos electrónicos que se anarán para determinar si aportan datos del crimen del empresario.

Se activan los celulares

«Los teléfonos de todos los sospechosos impactan en el predio ‘Renacer’ de General Rodríguez y se van moviendo desde las 18 del 18 de julio hasta las 3 de la madrugada del día siguiente hasta Ingeniero Budge, donde se hallaron los restos de Pérez Algaba», confió a Télam un investigador.

Además de los prófugos, la policía busca la camioneta Mercedes Benz G500 de Pilepich, con que la se dirigió al predio «Renacer», ya que se cree que se usó para trasladar los restos de Pérez Algaba hasta el arroyo de Ingeniero Budge.

Para el fiscal Domínguez, entre las 18 del 18 de julio y las 3 de la madrugada de 19, los acusados actuaron «de manera premeditada, entre sí y con una previa división de tareas», para asesinar a «Lechuga» de dos disparos por la espalda.

«Siguiendo con dicho plan criminal en lugar y en momento aún no determinado, seccionaron y embalaron el cuerpo de Fernando Alejandro Pérez Algaba y, previo a colocarlo en una valija de color roja con vivos negros de marca Brandy, en una mochila de color negra (…) y en un envoltorio confeccionado con bolsas de nylon negra, tipo consorcio, lo arrojaron en el Arroyo del Rey», indicó el fiscal en su pedido de detención y allanamientos.