Por Ignacio Ramírez.
Acusado y condenado por cinco casos de abusos sexuales a menores a su cargo, el sacerdote José Antonio Mercau (54), párroco de Pacheco, quedó en libertad antes de haber cumplido la mitad de la sentencia. Una resolución judicial imposible de entender.
Padres de las víctimas del cura manifestaron su indignación por la aplicación del llamado recurso del dos por uno, por el cual se computan dobles los días de arresto sin condena firme, algo que permitió al sacerdote recuperar su libertad por una polémica resolución.
Estaba preso en el Penal de Campana, por violaciones agravadas, condenado a 14 años de cárcel en 2011 por abusar sexualmente de varios menores de entre 7 y 10 años en el partido de Tigre.
Aunque se cree que fueron muchos más los ataques sexuales, aMercau se lo condenó por cuatro hechos de «corrupción reiterada de menores (cuatro hechos), dos abusos sexual agravado por acceso carnal reiterado, abuso sexual agravado por sometimiento sexual gravemente ultrajante, abuso sexual perpetrado en forma continuada y calificada por la condición de autor y convivencia preexistente con menores.
“Sorprende desde la misma lógica del sentido común. El recurso de apelación por el 2 por 1, no esta sujeta a derecho. La condena es única, por la regla de acumulación de causas y delitos. La pena expectativa que pensábamos era de 40 años a 50. Actualmente, está apelado”, dijo Mariana Zárate, abogada de las víctimas.
Mercau aceptó someterse a un juicio abreviado generado por un acuerdo legal entre Jorge Strauss, el fiscal de San Isidro y Diego Ferrari, abogado del violador. El arreglo: evitar el trámite del juicio oral y público y que el cura aceptara una sentencia condenatoria.
El sacerdote estuvo en un monasterio en arresto domiciliario durante tres años (una prisión preventiva morigerada). Luego por no cumplir con el beneficio por las reglas de conducta, tres testigos lo vieron caminando por el barrio del Hogar, fue derivado al Penal de Campana hasta el 18 de marzo pasado. En total cumplió cinco años de una pena de 14.
Actualmente está excarcelado por decisión del Tribunal Oral en lo Criminal N° 7 de San Isidro.
Mercau tuvo entre 30 y 40 menores a su cargo en la parroquia San Juan Bautista, y el Hogar San Juan Diego, en el barrio Ricardo Rojas del partido de Tigre, instituciones que dependían del Obispado de San Isidro. Los menores ingresaban por pedido de padres carenciados, o en situación de calle.
En 2005 cinco adolescentes de entre 10y 15 años, que vivían en ese hogar culparon al cura de haberlos obligado a mantener varias relaciones sexuales con él desde 2001. Años después se animaron a denunciar. Cinco niños que fueron ultrajados por años de todas las maneras posibles.
El sacerdote «elegía a los pibes del hogar de acuerdo a su situación de vulnerabilidad: eran huérfanos o tenían padres analfabetos que en ocasiones no entendían lo que les estaba pasando a sus hijos», afirmó la abogada de cuatro de las víctimas. El sacerdote condenado sigue siendo cura, ya que no hubo un proceso ni juicio canónico.