La familia de la mujer que desapareció el miércoles junto a su hija de casi dos años fue y fue encontrada muerta en una alcantarilla de la capital cordobesa, mientras que la beba se hallaba junto al cuerpo de su madre con hipotermia y lesiones, cuestionó la investigación policial y judicial.
En comunicación con Vorterix, Marina recordó que el acusado nunca quiso reconocer a la hija, de un año y nueve meses. Recién el 20 de agosto, tras un examen de ADNI, aceptó que era suya. «No cumplió con nada: desde la cuota alimentaria, darle obra social, ni con tener que anotarla en el Registro Civil, ni con el régimen de visitas», contó la hermana de Paola.
«A la alcantarilla llegamos por un aviso de una persona de la panadería de al lado que haciendo las tareas de limpiezas tiró el cesto de basura hacia la alcantarilla y ahí vio las piernas de una chica y a la bebé con una mirada inocente como pidiendo auxilio», relató a la prensa Miguel Oliva, director General de Investigaciones Criminales de la Policía de Córdoba.
Según las fuentes, tras el hallazgo, la pequeña fue trasladada al Hospital Neonatal local y luego derivada al Hospital de Niños. «Por suerte la niña está estable. El informe que tenemos de los primeros exámenes es que está fuera de peligro su vida. Tiene una fractura de fémur y múltiples lesiones, escoriaciones (…) Inicialmente estaba hipotérmica por eso fue que se la estabilizó en el primer centro asistencial donde fue atendida», indicó esta tarde Fernanda Marchetti, directora del Hospital de Niños.
Por su parte, Oliva señaló que aguardan para las próximas horas la realización de la autopsia al cuerpo de Acosta para poder «establecer la causa de la muerte y la hora exacta» de la misma y precisó algunos indicios apuntan a que el fallecimiento se produjo el mismo miércoles en que la mujer desapareció.
«Tenemos la duda respecto de cómo fue que la nena estuvo tantos días con pequeñas lesiones en su cuerpo un poco de hipotermia», añadió el jefe policial.
Oliva contó que el lugar del hallazgo está ubicado a unas 10 o 12 del domicilio del sospechoso detenido y a unos tres kilómetros de donde Acosta fue vista con vida por última vez.
Por su parte, la ex pareja de Acosta y padre de la beba permanecía detenido por el caso luego de que la fiscal Eva Flores le imputó el delito de «homicidio calificado por el vínculo» en perjuicio de la madre de su beba.
No obstante, fuentes judiciales señalaron que la fiscal Flores deberá ahora determinar qué imputación le correspondería a Lizarralde por lo sucedido con la niña.
«(El acusado) Se hizo presente (ayer) en la unidad judicial con un abogado defensor para presentar un escrito y automáticamente quedó detenido debido a que momentos antes la Fiscalía había dictado la detención», indicó Oliva.
Acosta y su pequeña hija Martina desaparecieron entre las 22 y la medianoche del miércoles pasado, cuando ambas salieron del departamento situado en Martín García al 200, del barrio San Martín, en Córdoba Capital, donde vivían junto a dos hijos adolescentes de la mujer.
En ese momento, Acosta salió a recibir a Lizarralde, quien iba a conocer a su hija por primera vez y a pagar la cuota alimentaria de 1.400 pesos que se había fijado por orden judicial, ya que él había negado su paternidad y eso derivó en una causa que terminó en un análisis de ADN.
El 20 de agosto pasado, ese análisis dio positivo, por lo que el ahora imputado debía cumplir con su responsabilidad de girar una suma de dinero mensual para la manutención de su hija.
Según Oliva, al momento de encontrarse la ex pareja, el sospechoso se encontraba en su vehículo Peugeot Express en el que luego se hallaron «vestigios importantes» que lo vincularon a la desaparición de Acosta y su hija.
De acuerdo a los investigadores, Acosta y el sospechoso habían mantenido una breve relación pero nunca llegaron a convivir y la última cita entre ambos se había acordado mediante mensajes de texto que quedaron registrados en el teléfono celular de la mujer.
Tras salir a recibir a su ex pareja, Acosta desapareció junto a su beba, mientras que en su departamento se quedaron durmiendo sus dos hijos de 14 y 16 años.
Al otro día, los hijos varones de la mujer advirtieron la ausencia de ella y de Martina y alertaron a la Policía que inició la búsqueda al tiempo que halló en su domicilio todos sus objetos personales como su celular, documentos y hasta la mamadera y los pañales de su hija.
Desde un comienzo de la pesquisa, las sospechas se centraron en Lizarralde y ayer la fiscal Flores ordenó su captura.
Según las fuentes, en la Peugeot Express del sospechoso se hallaron pequeñas muestras de sangre humana, pese a que el jueves pasado el hombre la llevó a un lavadero de autos, y esos rastros están siendo analizados por los peritos para determinar si son de Acosta.