Por Rodolfo Palacios.
“Quiero estar con mi esposa y mi familia. Ya pienso en el lechón que me voy a comer a fin de año”, dijo Víctor Cingolani poco después de haber recuperado la libertad ordenada por el Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Río Gallegos. Luego se abrazó con su hermana Claudia y su esposa Edith Casas, la gemela de Johana, crimen por el cual Cingolani fue juzgado y condenado a 13 años de prisión. Hoy habrá festejos en la casa de la hermana de Cingolani, en Pico Truncado, donde vivirá con su esposa Edith.
La liberación de Cingolani había sido anticipada el 27 de julio por CyR (https://crimenyrazon.com/temas/victor-cingolani-condenado-por-el-homicidio-de-la-hermana-de-su-esposa-a-punto-de-salir-en-libertad/). El fiscal del STJ, Víctor Espinoza, había pedido hace una semana la absolución de Cingolani. Y hasta criticó a la jueza Graciela Ruata de Leone y a los policías que involucraron a Cingolani “porque dejaron mucho que desear”.
“Los periodistas le están pifiando. Edith no se casó con el asesino de su hermana. Se casó con un hombre inocente”, dijo Cingolani cuando el caso se difundió en la prensa. En rigor, en el expediente no se lo había podido ubicar en la escena del crimen, ningún testigo lo vio y no apareció su ADN cerca de la víctima. Lo único que lo complicaba, según los investigadores, era una prueba pericial que halló pólvora en la mano derecha, cuando él es zurdo. Además esa prueba se hizo en ausencia de los abogados de parte.
“No pienso en pedir un resarcimiento económico. Ahora quiero disfrutar a mi familia. Ellos sufrieron por todo lo que pasó. No veo la hora de escuchar con Edith las canciones de Leo Mattioli”, dijo Cingolani.
“Cingolani pasó tres años y medio siendo inocente. Nunca hubo pruebas que lo incriminaran”, dijo Lucas Chacón, abogado de Cingolani, a CyR. Hasta ahora, los jueces del Tribunal, Daniel Mauricio Mariani, Enrique Osvaldo Peretti, Paula Ernestina Ludueña y Alicia de los Ángeles Mercau, le dieron la razón.
En cambio, la situación de Marcos Díaz, el otro condenado, no cambió. Para la Justicia está probado que mató a Johana. “Antes decían que la habían matado entre los dos, pero Cingolani y Díaz no se llevaban bien. Y no estaba claro el móvil. La imputación a Cingolani fue un gravísimo error. Hasta el fiscal del Tribunal cuestionó a la jueza y a la policía por haberlo acusado sin fundamentos ni pruebas”, dijo Chacón.
Este fallo no quiere decir que Cingolani queda desvinculado de la causa, aunque es probable que ese sea el próximo paso. Lo que dicen los jueces que las pruebas que supuestamente lo involucraban no son suficientes como para inculparlo. Por eso tendrá algunas restricciones: deberá presentarse dos veces por semana en el Juzgado de Pico Truncado, no podrá salir de esa ciudad sin autorización, no podrá salir de noche (pasadas las 23) y no podrá beber alcohol. Tampoco podrá acercarse a la familia de Johana.
Johana Casas fue asesinada de dos balazos el 16 de julio de 2010. Su cuerpo fue encontrado por un entrenador de perros que recorría un descampado ubicado a unos cuatro kilómetros del centro de Truncado, en una zona conocida como cordón forestal, cerca de un santuario de la Difunda Correa.
Por ese entonces, Cingolani había dejado de salir con Johana: era novio de Edith. La autopsia reveló que el asesino la ejecutó de un balazo a quemarropa en el corazón y otro entre la segunda y tercera costilla.
Los investigadores llegaron a dos sospechosos: Cingolani y Marcos “El tosco” Díaz, el último novio de Johana. Según los pesquisas, los dos se habían puesto de acuerdo para matarla. Primero fue juzgado Cingolani porque Díaz estuvo prófugo siete meses. En junio de 2010 lo condenaron a 13 años. Hace poco más de un mes, Díaz fue condenado a 12 años por el mismo delito. Para el abogado de Cingolani, contra Díaz, las pruebas son contundentes. “Hallaron ADN suyo en la escena del crimen. En cambio, a Cingolani no lo ubicaron siquiera en ese lugar y nadie lo vio. Y la prueba de parafina que encontró pólvora fue mal hecha”.
El caso dio la vuelta al mundo y tuvo su momento cúlmine cuando Cingolani se casó con Edith el 14 de febrero, el Día de los Enamorados. Ahora quieren ser padres. ¿Será el próximo capítulo de la historia de novela? ¿Habrá final feliz?