Por Rodolfo Palacios.
Disfrazado de Papá Noel, él reparte regalos y abraza a los niños de la familia. Ella espera su turno. En un momento de la noche, cuando la bolsa esté vacía, lo abrazará, le sacará la máscara y le dará un beso apasionado. Se abrazan, ante los aplausos de todos y las lágrimas de algunos. Ese podría ser el final feliz de la historia, al mejor estilo de las comedias románticas.
El de Víctor Cingolani y Edith Casas fue uno de los casos policiales del año. Aunque el crimen de Ángeles Rawson y la detención del portero José Luis Mangeri estuvieron en boca de todos, la historia de la gemela de Pico Truncado que se enamoró y se casó con el hombre condenado por el crimen de su hermana gemela (Johana Casas) sorprendió al mundo.La BBC de Londres, The New York Times, Daily Mail, la CNN, entre otros medios, quedaron impactados por el caso. Lo que nadie pensaba era que tiempo después, la historia dio un giro impensado: la Justicia liberó a Cingolani,los investigadores que lo habían acusado quedaron en la mira y sospechan que el homicidio fue cometido por Marcos Díaz, un ex novio del a víctima.
“Gracias a Dios que te tengo conmigo, que pudimos compartir un mini viaje los dos solitos, y ahora podamos compartir juntos en familia las fiestas. Te amo, hermoso mío”, escribió hace dos días Edith en su perfil de Facebook. Hace unos diez días, la feliz pareja vino a Buenos Aires por primera vez, invitados por el programa de Chiche Gelblung. Mientras esperaban ser recibidos por la producción, esperaron en la puerta de C5N y se sacaron fotos con periodistas del canal, desde Rodrigo Lussich y Mauro Szeta hasta María Belén Aramburu. “Chiche es rechiquito pero divino, me cayó rebien”, contó Edith, maravillada por ese mundo que desconocía y sólo veía por tevé.
“Ya no es la historia de la chica linda que se casó el Día de los Enamorados con el asesino de su hermana gemela. Es la historia de una injusticia. Y la historia de un amor”, dijo Víctor Cingolani. En el expediente no hay pruebas de peso en su contra, no se lo pudo ubicar en la escena del crimen ni en las pericias genéticas. Aunque no quedó totalmente desvinculado de la causa, en un futuro Cingolani podría iniciarle acciones legales al Estado por su detención. Mientras tanto, trascendió que recibió o está por recibir propuestas para filmar la historia y escribir un libro del caso. Ella fue consultada para posar en Playboy, aunque quedó en la nada. ¿Bailará en el programa de Tinelli? Todo puede ocurrir.
Incluso su mujer se reconcilió con su madre Marcelina, quien siempre acusó a Cingolani y hasta dijo que su hija estaba embrujada o, mucho peor, que fue cómplice del asesinato. Pero ahora las cosas cambiaron.
A Johana Casas la mataron de dos balazos el 16 de julio de 2010. Su cuerpo fue encontrado por un entrenador de perros que recorría un descampado ubicado a unos cuatro kilómetros del centro de Truncado, en una zona conocida como cordón forestal, cerca de un santuario de la Difunda Correa. La autopsia reveló que el asesino la ejecutó de un balazo a quemarropa en el corazón y otro entre la segunda y tercera costilla.
Desde un principio hubo dos sospechosos: Cingolani y Marcos “El tosco” Díaz, el último novio de Johana. Para los investigadores, los dos se habían puesto de acuerdo para matarla. Primero fue juzgado Cingolani porque Díaz estuvo prófugo siete meses. En junio de 2010 lo condenaron a 13 años. Tiempo después, Díaz fue condenado a 12 años por el mismo delito.