MenúLa jueza electoral María Romilda Servini de Cubria puso al Gobierno a jugar contrarreloj para apelar su fallo contra la reforma del Consejo de la Magistratura. El fallo de anoche –se emitió después de las 23 horas– demostró nuevamente que los abogados del Estado están inmersos en un partido sin tregua y en el cual son visitantes. Señales e indicios que prevén un desenlace inminente en la Corte Suprema, a tres días de que Cristina Fernández embistiera contra el máximo tribunal.
La resolución de Servini de Cubría entendió como inconstitucionales cuatro artículos de la ley sancionada por el Congreso que modifica la integración del Consejo y la forma de elección de sus miembros.
El fallo de Servini de Cubría puso al Gobierno a la defensiva.
El fallo salió revestido como un amparo y le dio 48 horas al Gobierno para que apele la resolución ya sea en la Cámara electoral o ante la Corte. Ni esto pudieron torcer los múltiples llamados que tuvieron lugar desde ayer por la mañana, cuando la jueza retornó de Italia.
El Gobierno podría haber contado con cinco días para formular su descargo, lo cual habría sido beneficioso en su táctica de extender lo más posible un final que ya descuenta adverso.
Si bien el fallo se conoció a última hora, ayer, en un almuerzo recoleto, el camarista Ricardo Recondo, y actual consejero, le adelantó a un grupo mínimo de abogados que el fallo sería contra el oficialismo. Cuando lo apuraron para que defina su fuente fue directo: “porque ya vi los borradores”.
El escrito firmado por la jueza siguió líneas muy similares con el concepto que impera en la Corte: “el Poder Judicial es el último limite y es el contrapeso necesario frente al poder de las mayorías”. La conexión Servini de Cubría – Ricardo Lorenzetti quedó una vez más evidenciada, ahora por escrito. Ya había dado un adelanto cuando hace un mes el ministro promovió el nombramiento del hijo de Servini de Cubría como secretario de la Comisión de Administración y Financiera del Consejo.
El clima en la Corte Suprema con el oficialismo nunca ha sido tan frío. Hay una decisión instalada en el máximo tribunal de terminar de sepultar la reforma, en lo posible, el martes próximo. Ayer por la tarde Eugenio Zaffaroni, el juez supremo más cercano a Balcarce 50, defenestró, en la tranquilidad de su despacho, la nueva norma, en presencia de dos académicos que pasaron a saludarlo.
El máximo tribunal está estructurando su agenda en torno a esta pelea. Luego de la reforma vendrán fallos por la Ley de Medios, las designaciones de Alejandra Gils Carbó en la Procuración General (ya hay dictamen) y el cepo cambiario.
