Por Rodolfo Palacios.
“Ella nos cambió el comienzo de nuestra vida. Hoy sentimos que cambiamos el final de la suya”, dice Clara Lis Pereira. Está emocionada: llora con un rosario en la mano. A pocos metros, una mujer de 80 años repite que es inocente. Es Nilda Civale de Álvarez, la partera condenada a 12 años de prisión por vender en la década del 70 a tres bebés.
“Nunca quise hacerle daño a nadie”, dijo Civale de Álvarez. En el juicio dijo que nunca vendió bebés. Es más, se presentó como una mujer solidaria que ayudaba a parir a mujeres desamparadas. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 de San Martín, integrado por Daniel Petrone, Daniel Cisneros y Héctor Sagreti, no le creyó: la condenó por “sustracción, retención y ocultamiento de un menor de 10 años, reiterado, en tres hechos y falsedad de documento público”. Además de los testimonios, quedó probado en esta instancia que la partera firmó partidas de nacimiento truchas.
“Fue muy fuerte verla cara a cara. Ella negó todo, hasta se victimizó. Y una vez se refirió a los bebés como si fueran cosas. Esta mujer cambió el destino de nuestras vidas. Lo importante es que quedó demostrado que hubo apropiación de bebés por fuera de la dictadura militar”, dijo Clara Lis Pereira, locutora de Radio Nacional que impulsó la causa después de que se enterara que su familia biológica la había comprado a una partera. A juicio llegaron también los casos de Andrea Belmonte, nacida en 1969, y Patricia Urondo (1978).
Durante todo este tiempo, Clara luchó para descubrir su identidad. Con dolor pero sin bajar los brazos, investigó como si se tratara de una cobertura periodística: recorrió territorios calientes, entrevistó a personas para ver si aportaban algo y se enfrentó a verdades que estuvieron ocultas mucho tiempo. “Esta mujer nos vendía como si fuéramos mercancía. De hecho, supe que a mí me vendieron por el valor de un auto cero kilómetro. A partir de este juicio se recibieron muchos llamados de personas que buscan saber su origen. Siento un alivio porque esta mujer fue condenada. Creo que ella no actuó sola, alguien la tuvo que haber ayudado a montar la estructura. Incluso algunos vecinos dicen que en esa época paraba un patrullero en la puerta del sanatorio”, dijo Clara Lis Pereyra a CyR.
Según consideró la Justicia, la partera –que por su edad cumplirá arresto domiciliario- regenteaba en dos casas de Ramos Mejía y González Catán consultorios no habilitados para atender embarazos y partos. Además de los tres casos que fueron a juicio, hay otros seis que están en etapa de instrucción en el Juzgado Federal Número 1 de Morón, a cargo de Juna Pablo Salas. Los investigadores sospechan que más bebés fueron vendidos por fuera de la dictadura militar. Otros jóvenes ni siquiera tienen certificado de nacimiento o la firma de la partera, del médico o de la dirección de donde fue el parto.
Quienes tengan dudas sobre su origen o tengan una partida de nacimiento firmada por la partera acusada, pueden llamar al 0800-333-5502 o escribir un mail a busquedadeorigen@gmail.com.