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Cómo se puede manejar 17 kilómetros con un muerto en el capot sin darse cuenta

El 504 se lo había regalado su padre. A Pablo le gustan los autos viejos. La madrugada del domingo su Peugeot, modelo ‘83, lo llevaba por la Panamericana, volviendo a casa después de una noche larga. Pablo lo manejaba borracho. El alcohol que tenía en la sangre no alcanzó para hacerlo perder el conocimiento pero sí fue suficiente como para provocar un desastre.

En el kilómetro 52, con tres veces más de alcohol de lo permitido, Pablo García, de 28 años, golpeó su 504 celeste contra el cuerpo de Reinaldo Rodas. El hombre iba con su bicicleta playera a trabajar por el carril lento de la autopista Panamericana, algo que está prohibido. El impacto fue tan fuerte que atravesó el parabrisas. La autopsia determinó que murió en el acto.

Sus familiares aseguran que Rodas quedó allí, dentro del 504, boca arriba, en el asiento del acompañante y con las piernas sobre el capó. Y que así llegó hasta el peaje de Tortuguitas, 17 kilómetros más lejos. Siempre de acuerdo a lo que denunciaron sus familiares, la empleada del peaje quedó desencajada al verlo llegar: “Señor, usted lleva un muerto ahí, ¿no lo ve?”, le habría dicho.

–¿Y me va a cobrar por dos?–, habría respondido García.

Los familiares de Ronda no entienden la actitud de García.

Los familiares de Rodas no entienden la actitud de García.

Conmovida, Catalina Rodríguez, la esposa de Rodas, además dijo: “Toda la sangre estaba en el asiento del acompañante del auto. El estaba una parte afuera y otra parte adentro con los pies afuera”.

La secuencia de lo que ocurrió todavía no está clara pero lo que se sabe con certeza es que el análisis de sangre le dio a García 1,45 gramos de alcohol en sangre. Lo permitido es 0,5. Después de un día y medio, fue liberado ya que el delito del que se lo acusa–homicidio culposo– es excarcelable.

Pablo García tiene 28 y es el hijo del periodista Eduardo Aliverti. Es uno de los conductores de “Uno nunca sabe”, que se emite por AM 750, la radio que dirige su padre. También es profesor en Eter, la escuela de radio que también conduce su papá. Además, suele hacer trabajos de locución para ESPN y Playboy TV. El auto estaba a nombre de Aliverti.

Ayer, cuando se conoció la noticia, Aliverti difundió un comunicado en su página de Facebook.

Por la tarde, circuló otra versión que indicaba que al llegar al peaje Pablo García dijo: “Traigo un atropellado”. Según esa línea, García habría intentado socorrer a la víctima. Fuentes policiales consultadas por Clarín aseguraron que al llamar a la Policía, la empleada del peaje afirmó: “Acá hay un hombre que dice que tiene una persona herida”. En ninguna de las dos versiones se desliza que el conductor haya llamado a emergencias para pedir una ambulancia.

“Seguramente, ahora van a querer eliminar pruebas y esto va a ser un caso más. Lo cierto es que a mi tío lo mataron como a un perro”, le dijo a Clarín Noemí, sobrina de Rodas.

Aliverti y García. Trabajan juntos en una radio.

Aliverti y García. Trabajan juntos en una radio.

El lunes, al volver del entierro, su familia se enteró de que García había sido liberado. “Hubiera esperado por lo menos que lo asistiera, cualquier ser humano haría lo mismo”, dijo la esposa de Rodas. Además dijo que no halló manchas de sangre en el lugar del accidente, lo que abona la hipótesis de que García nunca se detuvo.

Rodas, de 53 años, trabajaba como vigilador en el country Mapuche. Tenía un hijo de 13 años. Todas las mañanas iba al trabajo en bicicleta. La investigación quedó en la UFI 3 de Pilar, a cargo de María Inés Domínguez. El alto grado de alcohol en sangre complicó la situación de García. ¿Qué es lo que produce ese nivel de alcohol? De acuerdo a la perito Soledad Alvarez, se trata de un grado de ebriedad 1, el más bajo de 3. Puede producir excitación o depresión, pero no alcanza para perder el control. Las pericias tendrán que determinar si ingirió algo más y si, como creen los familiares de Rodas, García condujo 17 km sin importarle llevar a un muerto al lado.

Fuente: Clarin.


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