Por Ignacio Ramírez
La banda de narcos universitarios detenida la semana pasada operaba en las principales casas de estudios de las ciudades de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe, entre otras. Nutrían a los alumnos pastillas de drogas sintéticas prohibidas, que traían de España.
La banda de jóvenes estudiantes de Diseño vendía drogas en las facultades porteñas, pero tenía ramificaciones además en el interior del país en universidades privadas. Comercializaban dosis de pastillas de éxtasis y LSD que recibían desde España en encomiendas muy particulares.
La Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal participó de la “Operación Universitas” y de los allanamientos que tuvieron un saldo de 18 personas detenidas: doce son colombianas, cinco argentinas y una brasileña. El objetivo claro de distribución de los traficantes eran los restaurantes y pubs de la zona de Las Cañitas y las universidades privadas.
“Se trata de una banda muy importante. No es fácil introducir droga de síntesis de un lugar al otro. Eso se hace por correspondencia e implica una operación compleja para que los rayos no detecten las pastillas. Se realizaron un total de 24 allanamientos y fueron secuestradas tres armas de fuego, cinco vehículos, 25 mil dosis de ácido lisérgico (LSD), 20.250 pastillas de éxtasis (por lo que el valor total supera el millón de pesos), 250 mil pesos y 15.000 dólares”, informo el viceministro de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.
La particularidad de los jóvenes dealers pastilleros era compuesta por estudiantes de Diseño y Comunicación que ostentaban un alto nivel de vida y carecían de antecedentes penales. Fuentes de la investigación ejemplificaron que alquilaban lujosas propiedades en barrios privados de la zona norte y la gran mayoría estudiaba en instituciones privadas porteñas. Según se informó, todos tenían sus legajos limpios.
Los narcos eran seguidos desde marzo último cuando comenzó la investigación judicial a partir de descubrirse encomiendas postales en la terminal del Correo Argentino de Retiro. En el interior de los envíos había juguetes didácticos de Disney con miles de pastillas de diseño provenientes de Madrid, España.
“Este material era para ser distribuido no solamente en las fiestas electrónicas, sino en las zonas de restaurantes bastante acomodados de la zona de Las Cañitas y en algunas universidades privadas”, informó Berni.
En mercado de las fiestas electrónicas y del circuito de la las pastillas sintéticas tiene como principal clientes jóvenes, estudiantes de clase medi, clase media alta. Cada pasty o tripa de lsd oscila entre los 100 y 500 pesos.
La banda mixta además de vivir bien, tenía articulado un sistema de distribución en varias casas de estudios del interior. Viajes y puestos fijos de venta en el interior eran algunas de las maniobras de los narcos universitarios. Teniendo en cuenta que la droga viajaba de Madrid a Buenos Aires y de allí a las ciudades del interior, la banda contaba con una logística para eludir los controles. El circuito del trafico vía correspondencia implica un cuidado extra para los narcos para que los rayos no detecten las pastillas en el Correo.
El expediente que trabaja la jueza federal del partido bonaerense de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, evalúa los más de 24 teléfonos y la documentación que se pudo secuestrar en los diferentes allanamientos.