Efectivos de la Policía Federal capturaron este miércoles a Maximiliano José Espinillo, uno de los prófugos más buscados del país, que tenía una recompensa cinco millones de pesos, tras haber sido condenado a seis años de prisión por abuso sexual de una menor de 13 años.

El acusado, de 40 años, estaba prófugo desde el 10 de agosto de 2018, cuando el Tribunal de Menores N°3 lo condenó a seis años de prisión. Desde entonces se le había perdido el rastro, pero un trabajo conjunto permitió su detención durante la madrugada de ayer en el barrio de Constitución.

La investigación para lograr su arresto estuvo encabezada por a cargo de doctor Sergio Eduardo Real, del tribuna de menores mencionado, junto con la U.F.E.C.R.I (Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja) a cargo del Doctor José María Campagnoli y del C.U.F.R.E (Comando Unificado Federal de Recaptura de Evadidos).

Después de la condena, Espinillo había desaparecido de todos los lugares que frecuentaba habitualmente, había dejado abandonado el vehículo que utilizaba como remís en uno de sus domicilios y también había dejado de asistir al club del equipo de fútbol del cual era simpatizante.

Sin embargo, el uso de nuevas tecnologías para la investigación criminal, exploración sobre redes sociales, análisis telefónicos, más chequeos constantes permitieron establecer que se escondía en la casa de sus padres, en el Barrio de Constitución, esperando que su condena prescribiera en poco tiempo.

Meses atrás los pesquisas ya contaban con indicios sólidos de que estaba allí, por lo que se realizaron diversas vigilancias que permitieron mantener una observación directa sobre el inmueble a una distancia prudencial, hasta que el martes pudieron certificar la presencia, con algunos rasgos diferentes (pelo corto, delgado) del prófugo en el lugar.

Luego de que se obtuvo la correspondiente orden judicial, Espinillo  fue detenido ayer a la madrugada cuando dormía en una habitación de la casa tipo chorizo que utilizaba de escondite en la calle Luis Sáenz Peña al 1900, del barrio de Constitución.

Espinillo abusó de una prima suya, ahora mayor de edad, entre los 5 y los 13 años. Su condena iba a prescribir en el mes de septiembre, por lo que si no lo atrapaban antes iba a poder quedar libre sin ir preso.

“Tengo miedo de que llegue septiembre y que no sólo no vaya preso por todo lo que me hizo, sino que quiera vengarse. También tengo miedo de mi misma, de cómo podría impactarme psicológicamente si eso pasa”, dijo la víctima meses atrás, al diario La Nación.