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Comienza el juicio contra los hermanos Juliá: denunciarán irregularidades

Por Gabriela Oprandi.

En 15 días los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá se sentarán en el banquillo de los acusados en España. También será enjuiciado Matías Miret, el tercer argentino que iba con ellos en el avión, el día que la Guardia Civil los detuvo con 944 kilos de cocaína en el aeropuerto El Prat de Barcelona.

La defensa de los argentinos detenidos en España, contó a Crimen y Razón que durante las audiencias del 4 y 5 de diciembre intentarán probar que los tres ciudadanos argentinos nada tienen que ver con el cargamento de droga que se les incautó y que viajaron para hacer negocios con un grupo empresario español.

Además, la defensa de los argentinos a cargo del estudio de Carlos Broitman, hará hincapié en “la serie de irregularidades” que existió en el procedimiento llevado a cabo en la aeronave Challenger 600, el día del hallazgo de la droga  y que –según explican- vulneraron los derechos de sus defendidos.

Gustavo Juliá y su padre José, ex jefe de la Fuerza Aérea.

Para la defensa, la manera en la que se interceptó el avión en el aeropuerto de Barcelona; la  forma y el como se halló la droga; el muestro realizado y la cadena de custodia de la sustancia; forman parte de la serie de irregularidades que serán utilizadas como sus argumentos para sostener la inocencia de los imputados. También dirán que el allanamiento se realizó sin orden judicial; sin presencia de testigos y sin la presencia de los imputados.

El día de la detención de los hermanos Juliá, los investigadores descubrieron que la droga viajaba en el avión escondida de la siguiente manera: 198 bultos estaban en un sofá cama ubicado en el lateral izquierdo de la aeronave; otros 310 bultos, en un sofá cama ubicado en el lateral derecho; 197 bultos en un armario en el fondo trasero derecho (armario fusibles); y los 95 bultos restantes en un armario al fondo (armario proyector).

La defensa de los Juliá sostiene que el procedimiento realizado en el aeropuerto atentó contra los derechos de sus defendidos. “Al llegar a Barcelona la aeronave fue visitada por la Compañía de Seguridad del Aeropuerto en el marco de un control por una denuncia por una infracción administrativa del Código Aduanero,  cometida el 19 de octubre de 2010 en el aeropuerto de Málaga, pero esa denuncia hasta ahora nunca apareció”, explica la defensa.

Los abogados dirán que Gustavo Juliá administraba hasta el día de su detención empresas que poseía desde hace más de una década en Argentina; que es un empresario del medio aeronáutico, ampliamente reconocido y que la compra y venta de aeronaves no es un hecho aislado que escapa de su actividad.

También remarcarán que no tiene antecedentes penales  y que por la vida sana que llevaba (no bebe alcohol, no fuma, lleva una dieta estricta y entrena 4 o 5 horas por día) no se condice con el perfil de delincuente y menos aún de narcotraficante.

Además confirmarán que tanto en Argentina como en otros países donde realizaba actividades comerciales, nunca fue sospechado de ser una persona dedicada al ilícito del que se lo acusa. Y que tampoco tiene acusaciones en ningún país del mundo por ilícitos relacionados al tráfico de estupefacientes, lavado de dinero, etc.

Con respecto a los vuelos que Juliá había realizado antes del 2 de enero de 2011 –vuelos sospechosos para la fiscalía que llevó adelante la investigación-, la defensa va a demostrar que no tienen ninguna relación con el narcotráfico, sino que estaban dirigidos a la negociación de operaciones comerciales privadas.

“Los vuelos anteriores se realizaron con diferencias en modo, tiempo y lugar. Se utilizaron diferentes aeronaves, con distinta tripulación, distintos pasajeros, diferentes servicios de handling, diferentes destinos, alojamientos, se comunicaron con diferentes personas en cada viaje, en fin no existen elementos para sostener que los vuelos realizados durante períodos anteriores fueron de preparación para el suceso ocurrido el 2 de enero de 2011”, sostiene la defensa, que además agrega: “La acusación hace referencia a dos vuelos realizados durante 2010 desde Argentina hacia España, vuelos que para la fiscalía resultan sospechosos sin explicación y tampoco explican de qué forma sirvieron esos vuelos para la preparación del contrabando , y no lo ha hecho porque no tiene elementos probatorios que sostengan tal infundada acusación, violando las garantías fundamentales de los imputados”.

La detención de los hermanos Juliá, hijos del ex brigadier José Juliá, quien fue jefe de la Fuerza Aérea en la década del 90, causó un revuelo durante el verano de 2011, ya que ni bien se conoció el caso, empezaron a aparecer sus vínculos con el poder político. Así los hermanos acusados por narcotráfico fueron vinculados a Carlos Menem, a Eduardo Duhalde, Alfredo Yabrán, Néstor Kirchner y a Luis Barrionuevo.

Pero también las empresas de los Juliá, Federal Aviation y Medical Jet, fueron vinculadas a la causa judicial en la que se investiga el doble homicidio de los colombianos en el Unicenter de Martínez, y en la que Juliá se presentó a declarar.


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