«Encima la Chuchi fue la encargada de avisarle a Estela de Carlotto que había encontrado a su nieto. Aunque quieran no la podrán tocar ni con una vara de diez metros», razonaba ayer un abogado en los pasillos de Comodoro Py con un colega acerca de las última decisiones de la jueza federal María Servini de Cubría. Como reseñó CyR en una de sus notas, la magistrada embocó a la cúpula de la Sedronar, allanó la AFA por las denuncias de Fútbol para Todos y procesó a Romina Picolotti ex secretaria de Medio Ambiente. Todo en un par de semanas. Y el dato sobre el nieto de Carlotto no es menor: ¿quien podría amenazarla con un juicio, después de protagonizar semejente noticia?, razonban los abogados.