Los vecinos denuncian manejor irregulares en el IVC.

Por Ignacio Ramírez.

Es un secreto a voces en los barrios o asentamientos de la Capital Federal. Sólo basta estar conectado para entrar en el turbio negocio inmobiliario que surge como consecuencia de la falta de viviendas. Dinero del Estado destinado a los más humildes, para cubrir un serio déficit habitacional, se transformó n realidad en la usina de plata fresca libre de impuestos cuyo mentor es la mafia que lucra con la desesperación de los necesitados de un techo propio.

La operatoria trabaja sobre supuestas prácticas de adjudicación discrecional y venta de viviendas de dudosa procedencia. Se ocupan tierras aledañas a los asentamientos, se lotean, se venden y luego se extorsiona a los vecinos.

Las tomas de Villa Lugano del Barrio Papa Francisco, como las últimas ocupaciones de la Villa 31 son un claro ejemplo de este negocio. Los punteros aplican la siguiente metodología: departamentos con boletos truchos, luego cuotas, mediante contratos con el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC), que depende directamente del gobierno porteño.

“La puntera te ofrece uno de los departamentos por 25.000 pesos y luego los vas pagando en cuotas, ella dice que tiene contactos con el Instituto de la Vivienda. Te dan unos papeles del IVC que parecen al comienzo no ser truchos en donde dice que M. A. G. vende los departamentos. Los departamentos que están en todo este negocio  son los de Lisandro la Torre y Berón de Astrada. Esta gente te dice que en solo dos meses te entregan la vivienda. Todos estos papales los firma una supuesta escribana que se llama A E. N.”, denuncia un vecino mientras muestra los papeles que forman parte de una causa penal.

El negocio de los punteros no es difícil de comprobar. Solo basta caminar las calles de Lugano y encontrar damnificados que fueron víctimas de los caranchos punteros inmobiliarios que lucran con supuestas viviendas.

Uno de los principales motores de los intentos de tomas o usurpaciones de cada semana es la falta de viviendas. Los alquileres en la villa 20 y lugano; rondan entre los 800 a 3000 pesos por una pieza de dos por dos, sin baño. Alquileres que son manejados por punteros involucrados en causas penales por usurpaciones, y estafas a vecinos, inquilinos y víctimas de los caranchos inmobiliarios. Las familias pierden los ahorros de décadas, y se quedan sin alquiler, y sin vivienda.

Desde el Grupo de Vivienda y Hábitat de La Boca denuncian desalojos compulsivos y la especulación inmobiliaria en el barrio. “El vaciamiento del Instituto de Vivienda de la ciudad (IVC), la disminución de fondos para los programas sociales de vivienda en el presupuesto aprobado la última semana muestran el desinterés del gobierno de Macri por los sectores populares”, sostienen. Los vecinos llegan a pagar desde 8.000 a 31.000 pesos a cambio de la promesa  futura de una vivienda en Capital Federal construida por el IVC.

En el marco del grave déficit habitacional que atraviesa la Ciudad se estima que unas 600.000 personas viven en emergencia habitacional. Cerca de 5000 familias (20.000 personas) son desalojadas anualmente en la ciudad Autónoma de Buenos Aires  y aproximadamente unas 17.000 están en situación de calle.