
La frontera siempre fue difusa y ningún gobierno prescindió de ellos, pero un eventual triunfo de Mauricio Macri en el balotaje precipitaría el mayor desembarco de la historia de ejecutivos de grandes empresas en las áreas más sensibles del Estado. Daniel Scioli exploró esta semana esa veta como un flanco débil de su adversario y probablemente vuelva a hacerlo en el debate del domingo, aunque en el entorno del jefe de Gobierno porteño no creen que el argumento vaya a hacer mella en la intención de voto a su candidato. Enfrascados en la ardua tarea de head hunting que iniciaron el mismo lunes 26 de octubre, apenas los sorprendió gratamente el resultado que dejó a su líder como favorito para la segunda vuelta, los estrategas de Cambiemos contrataron a dos agencias especializadas y empezaron a tentar a hombres de negocios expatriados para los 10.000 puestos que esperan llenar en la Nación, la ciudad y la provincia. Tras el debate que abrió Alfonso Prat-Gay con su particular teoría de la devaluación inocua también debieron abocarse a aplacar la feroz interna que estalló entre sus economistas, que solo lograron asordinar llamando a todos a silencio.
Para el Pro es casi un sello de origen y nada de lo que avergonzarse. Sin embargo, la lógica de negocios que campea en su espacio chocó de frente con la campaña cuando su referente energético, Juanjo Aranguren, minimizó la importancia del autoabastecimiento hidrocarburífero y encolumnó en su contra al siempre fragmentado sindicalismo petrolero, incluyendo al flamante macrista neuquino Guillermo Pereyra, número dos de la CGT Azopardo. La misma alarma de fuego amigo sonó cuando parte de la Mesa de Enlace cuestionó la unción del ex Monsanto Leonardo Sarquis como ministro de Asuntos Agrarios bonaerense. La multinacional semillera viene de firmar acuerdos con los principales acopiadores para cobrarles por la fuerza a los productores rurales regalías por el uso de sus eventos transgénicos.
La opinión de Aranguren afloró en un momento incómodo para su candidato y se entreveró con el fallo contra Miguel Galuccio que dictó con notable timing la Corte Suprema por las cláusulas secretas del pacto YPF-Chevron. Lo que nadie puede achacarle al ingeniero es deshonestidad intelectual, porque habló como lo que fue durante sus 37 años en Shell: un trader de crudo y gasolina. Aranguren no es un explorador temerario como los Bulgheroni, capaces de negociar con los talibanes con tal de abrir un ducto o perforar un pozo, sino un hombre habituado al cálculo y a la maximización de beneficios. Su hábitat no es un tablero de TEG sino una planilla de Excel.
Además de Sarquis y Aranguren, el sciolismo dirigió sus dardos contra el gerente general de Lan Argentina, Gustavo Lopetegui, un habitué de las reuniones de los jueves que suelen mantener economistas y empresarios en la Fundación Pensar, el think tank macrista. El gremio de los pilotos lanzó una campaña contra la política de “cielos abiertos” que impulsa Cambiemos, que a su juicio favorece la desnacionalización del mercado aéreo, aunque los comandantes también desconfían de la estrechísima amistad que mantienen las esposas de Lopetegui y Pepe Scioli.
¿Son acaso ellos tres los únicos ejecutivos de multinacionales que se aprestan a jurar como funcionarios en un eventual gabinete de Macri? Nada de eso. Francisco Cabrera y Carlos Pirovano, ministro de Desarrollo Económico y subsecretario de Inversiones porteños respectivamente, ocuparon sendas sillas de directores en el cuestionado HSBC hasta que pegaron el salto a la política. Pancho Cabrera es además el jefe de Pensar, lo cual le augura una carrera meteórica si su jefe triunfa el 22. Con Pirovano, desde Bolívar 1, premió y amplió los beneficios impositivos que la Ciudad concedió a Iron Mountain, la dueña del galpón en cuyo incendio intencional se consumieron las vidas de 10 bomberos y rescatistas y más de 20.000 cajas con la etiqueta “lavado de dinero” que había archivado allí al HSBC.
Juan Pablo Piccardo, el titular de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), es otro de los alfiles corporate que alista el Pro para su salto a la Rosada. Luego de haber compartido el secundario en el Cardenal Newman con el propio Macri y tras su paso por los Pumas, dirigió la filial local de Isenbeck. Su salida estuvo cruzada por un trago amargo: la propia cervecera alemana lo acusó por una millonaria malversación de fondos por la que la Justicia llegó a imputarlo. Ya en el gobierno, rugbier al fin, no le tembló el pulso para dirigir la polémica UCEP, una fuerza parapolicial denunciada por atropellos callejeros contra pobres en la Ciudad.
Harvard criolla
La lista sigue. Carolina Stanley, la ministra más rica del gabinete Pro, es hija del mítico Guillermo Stanley, mandamás del Citibank en los años noventa y cofundador del fondo de inversión Inverlat, que trajo de vuelta al país un par de años atrás a las cadenas de comida rápida Pizza Hut y Wendy’s. El fondo, del que originariamente también formaba parte el nosiglista Chrystian Colombo, administra además las franquicias de Havanna y KFC.
El creador del Metrobús e incansable adalid de las ciclovías, Guillermo Dietrich, se haría cargo de la cartera del área de Infraestructura nacional en caso de ganar Cambiemos sin haber dejado de figurar como accionista de la megaconcesionaria que fundó su padre y que levanta por estos días una planta para blindar autos en Munro. El escribano general de la Ciudad, Mauricio Devoto, llegó al puesto tras haber sido notario de SOCMA, donde compartió tareas con el intendente electo de Lanús, Néstor Grindetti. Devoto es familiar político de Nicky Caputo, otro exNewman, quien vio triplicar el valor bursátil de su constructora luego del batacazo macrista del 25 de octubre.
El mundo de las relaciones públicas corporativas también colonizará el Estado en caso de imponerse Cambiemos. Miguel de Godoy, jefe de campaña de Macri y exvocero de Fernando de la Rúa, tampoco renunció para asumir en el gobierno porteño a su consultora, MDG Comunicación, que presta servicios a Gol, Freddo, Pfizer, Sadesa, McDonald’s, Farmacity, Carrefour y Las Marías, entre otras compañías. Marcelo Nachón y Jorge Greco, dos de los candidatos más firmes a ocupar la nueva Secretaría de Medios, tuvieron a su cargo la imagen de Aeropuertos 2000, McDonald’s, Cablevisión, Edenor y Edelap sucesivamente. Otras dos damas del mundo PR con chances de ascenso son Lía Elena Rueda Fernández Ocampo, la ex esposa del exbanquero y embajador menemista Emilio Cárdenas, y la ultraconservadora Carmen Polledo, otrora referente de la sociedad de beneficencia COAS.
Gane quien gane el 22, el próximo presidente será el primero de la historia argentina graduado en una universidad privada. Scioli acaba de terminar en tiempo récord (y con la inestimable ayuda de su asesor-trainer Julián Colombo) su carrera como Licenciado en Comercialización en la UADE. Macri se recibió joven de ingeniero civil en la Pontificia Universidad Católica, de donde provienen muchos de sus cuadros. Uno de ellos, el fallido candidato a intendente de San Fernando Alex Campbell, todavía es recordado con desagrado por sus compañeros de estudios con sensibilidad social y buen gusto. Al retirarse de los after de los jueves, pasada la medianoche, avisaba que agarraría la autopista Illia “para ver desde arriba una linda favela como las de Río”.
Las dos agencias de head hunting que contrató el Pro, sin embargo, priorizan por estas horas los CVs que les acercan desde otras dos casas de altos estudios: San Andrés y Di Tella. En esta última, la “Harvard criolla” según definió sin falsa modestia una profesora suya que descalificó en público semanas atrás al mismo historiador económico del CEMA contra el que cargó Cristina Kirchner por twitter, se alistan varios economistas para desembarcar en el Palacio de Hacienda si gana Macri.
Chantunes
El macrismo lo admite sin pelos en la lengua. “Antes que poner a un radical que no sepa nada, más vale traer a alguien del sector privado”, soltó esta semana uno de sus armadores con el Linkedin al rojo vivo. El problema es que entre los propios tampoco se llevan tan bien. Desplazado de la primera línea de campaña y considerado piantavotos por la mesa chica del Pro, Carlos Melconián estalló contra sus rivales en la pelea por el Ministerio de Economía. “Frigerio es un chantún. Es capaz de decir mil palabras sin decir nada”, dijo en privado sobre el presidente del Ciudad, quien precisamente por ese talento se convirtió en el vocero más efectivo de la campaña amarilla. “Prat-Gay dijo cualquiera. Yo tengo a toda mi consultora evaluando el pass-through de una devaluación y él va y dice alegremente que no va a pasar nada con una deva del 50%”, cargó a su vez contra el exfinancista de Amalia Lacroze de Fortabat.
El fuego amigo también sigue a la orden del día en el Frente para la Victoria. Como un Sísifo del siglo XXI, Scioli ve caer cada mañana la roca que empuja trabajosamente hacia la cima del monte con su campaña callejera y sus apariciones en TV. Pese a sus esfuerzos por hacer desaparecer del Conurbano todo rastro de la candidatura de Aníbal Fernández, el jefe de Gabinete no abandona sus conferencias de prensa en la puerta de la Rosada. No escuchó siquiera el consejo de otra de las figuras más repudiadas del kirchnerismo, Luis D’Elía, quien le recomendó respetuoso silencio aunque él mismo no se haya hecho eco del consejo.
Fuente: Diario Bae.