La jueza federal Sandra Arroyo Salgado todavía está procesando el golpe que le implicó la confirmación de Viviana Fein a cargo de la investigación de la muerte de su exesposo, el fiscal Alberto Nisman.
En las próximas horas podría haber novedades referidas a un nuevo cambio de abogado. El defensor público Germán Carvelaro dejaría su puesto en la causa. Discrepa con la estrategia de la jueza de San Isidro y hasta se habla de un supuesto altercado verbal con el novio de esta, el enigmático Guillermo Elazar.
La experiencia de la audiencia con la jueza Fabina Palmaghini y Fein fue agotadora para Arroyo. Asegura que por momentos realmente sintió que ambas mujeres la hostigaban y dice que en un momento Fein habría perdido los estribos cuando le dijo: «ya hablamos cinco veces y todavía no explicas porque en los últimos seis meses no le atendías el teléfono a tu exmarido».
El frente familiar también se está convirtiendo en una bola de nieve imparable. Fein quiere conocer todo sobre la cuenta en Estados Unidos de la cual Nisman era apoderado y ya cursó un exhorto a la Justicia norteamericana para obtener información.
Por eso investiga ahora más que nunca a la madre Sara Garfunkel y a la hermana del fiscal fallecido. Estas dos a su vez culpan a Arroyo de esto porque fue la jueza la que habló de la cuenta en el banco Merrill Lynch de Nueva York luego de que Diego Lagomarsino comentara que le entregaba medio sueldo a su jefe.
La herencia económica de Nisman es un campo de baalla y Fein piensa que ese es el gran disparador de la guerra entre Arroyo y su exsuegra. Si la pista del dinero no arroja una evidencia tangible de que Nisman podría haber sido asesinado por motivos económicos, el caso se encarrilla hacia la hipótesis del suicidio producto de un brote psicótico o por presunto instigamiento.
Esta última probabilidad depende exclusivamente de la información que se puede hallar en los dos celulares de Nisman y en su computadora. Igual esa información, tal como contó CyR, podría ya haber sido adulterada, que es lo que piensan en el entorno de Fein.
La fiscal está deseosa de cerrar cuánto antes el caso, acogerse a su jubilación, dedicarse a su vida personal (hace un año que está de novia) y analizar la dos ofertas que le han hecho las editoriales para contar el caso Nisman en un libro.