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Amenazan a la hija de Gils Carbó, después de que Clarín publicara su teléfono

La jefa de los fiscales dijo que no va a renunciar al cargo. Amenazas e intimidaciones a la hija de la Procuradora.

«Ni loca voy a renunciar», aseguró Alejandra Gils Carbó después de haber sido procesada ayer por el juez Julián Ercolini por administración fraudulenta agravada por la compra del edificio donde tiene sus oficinas.

La preocupación de la Procuradora no tiene tanto que ver con el procesamiento, sino con las amenazas e insultos que recibió su hija en su teléfono celular.

Las llamadas intimidatorias comenzaron a aparecer en el teléfono de la hija de la Procuradora luego de que fuera publicado hoy en una columna editorial de Clarín, firmada por Ricarda Roa, una de sus máximas autoridades.

«Estoy más fuerte que nunca», aseguró la jefa de los fiscales en breves declaraciones a CyR, luego de haber tomado declaración a un grupo de fiscales, que hoy asumieron en sus cargos.

La procuradora no tiene pensado renunciar ni pedir licencia en su cargo, pese a que desde el Gobierno se sumaron las voces para pedir que Gils Carbó de un paso al costado.

«Es un hecho muy grave –que procesen a la procuradora– y sería lógico que pida licencia hasta que se resuelva su situación procesal», dijo esta mañana el ministro de Justicia, Germán Garavano.

Pero en el entorno de la titular del Ministerio Público sostienen que Gils Carbó hará lo mismo que hizo Mauricio Macri, cuando fue procesado por las escuchas ilegales.

«No se tomó licencia cuando la Cámara de Casación confirmó su procesamiento por las escuchas ilegales», dice quienes trabajan a diario con Gils Carbó. Macri estuvo procesado hasta días antes de asumir la Presidencia.

El juez procesó además a Guillermo Biellingi (funcionario de la Procuración), Juan Carlos Thill (hermano del anterior), Bárbara Jaureguiberry (agente inmobiliaria que hizo las gestiones) y a Adrián González Fischer (de la empresa vendedora del edificio).

Bárbara Jaureguiberry es la agente inmobiliaria que se encargó de llevar adelantas las gestiones para venta del edificio en nombre de la empresa Arfinsa.

Lo llamativo es que Bárbara Jaureguiberry es la cuñada de Gabriel Bouzat, el ex socio del ministro de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz, nombrado por el presidente Mauricio Macrien el máximo tribunal a poco de llegar a la Presidencia. Bárbara es hermana de Eleonora, la esposa de Bouzat.

En su auto de procesamiento, Ercolini sostuvo que desde un teléfono de Gils Carbó se intercambiaron mensajes de texto con otro aparato que figuraba a nombre de Arfinsa, la empresa que vendió el edificio.

Cuando surgieron esos datos de los cruces de teléfonos, Gils Carbó le informó al juez que ese telefóno lo usaba su hija y que intercambiaba mensajes con un amigo. Su padre trabajaba en Arfinsa, la empresa que vendió el tradicional edificio situado sobre la caller Perón al 600.

Clarín publicó esta mañana ese número telefónico y desde entonces no dejaron de llegar insultos y amenazas a la hija de la Procuradora.

En un acto realizado esta mañana, la titular del Ministerio Pública les dijo a los nuevos fiscales que a partir de ahora deberán resistir las presiones. «Debemos permanecer firmes y no ceder a los presiones», arengó. Hubo aplausos.