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Algo huele mal en la causa de Once

Por Javier Moral*

Mario Francisco Cirigliano, uno de los líderes del conglomerado de empresas a las que pertenecía TBA,fue beneficiado por una resolución del juez federal Claudio Bonadío -magistrado quien tuvo a su cargo la investigación desde el mismo momento del siniestro-, quien le dictó una falta de mérito en la causa conocida como tragedia de Once.

El hecho curioso es que Cirigliano fue procesado por el mismo Bonadío, como uno de los principales responsables de la muerte de 52 personas y más de 800 heridos, a quien la Sala II de la Cámara Federal confirmó su procesamiento, le trabó embargo por millones de pesos y le impidió la salida del país.

Inclusive fue el propio Bonadío quien entendió que la causa se encontraba completa en la investigación, ordenando la clausura de la instrucción y elevando la causa a juicio oral y público. Dicho debate oral  recayó en el Tribunal Oral Federal Nº 1-actualmente radicado en el TOF Nº 2, dado que el anterior se encuentra atareado con la causa AMIA-.

A Mario Cirigliano se le dedica un capítulo entero de las 876 fojas de resolución, en donde Bonadío consideró que se encontraba más que probada la participación criminal del nombrado en un “entramado societario” el cual en casi dos décadas de concesión, ningún centavo invirtió en las formaciones y líneas férreas, a pesar que ingresaban mensualmente en sus arcas alrededor de 30 millones de pesos, procedentes del Estado en concepto de subsidios.

En el interín de la elevación a juicio oral, el juez Bonadío dictó una nueva resolución, esta vez una falta de mérito sobre este imputado y lo dejó

casi fuera del juicio oral, habida cuenta de «nueva documentación» que aportaran los defensores.El juez entiende ahora que Mario Cirigliano nada o poco tiene o tuvo que ver con la firma TBA.

Lo extraño es que el juez entendió antes que éste tenía fuerte participación en las decisiones de la firma TBA y en muchas de las otras empresas que formaban parte del “Grupo Cirigliano”, el que recibía fondos del Estado a los que llamó “cadena de la alegría”, desviando los mismos para “engrosar sus propios bolsillos en desmedro de la seguridad de los pasajeros”.

No es algo común que un magistrado luego de más de un año y medio de investigación, en en la que consideró a Mario Cirigliano miembro fundamental de un grupo de personas que tenían como único fin desviar subsidios del Estado, haciendo pasar a sus empresas como deficitarias, retroceda en su contundente evaluación, desvirtuando su propia y profunda investigación.

Inclusive no se advierte la razón por la cual Cirigliano aportó la documentación que para el juez permite demostrar que no tenñia ingerencia en el manejo de los trenes, para afirmar que sólo quedaban en su poder las decisiones ligadas a los micros de larga distancia.

Tanto las querellas unificadas como el fiscal Federico Delgado apelaron esa resolución, la que fue rechazada por Bonadío, sólo admitiendo el recurso interpuesto por la querella del Grupo Nº 2. Resulta sorprendente que al propio fiscal de la causa le sean rechazados sus argumentos, cuando otrora había consonancia con Bonadío en los mismos y ambos entendían que este imputado era de uno de los principales miembros de una organización delictual. Aguardamos la audiencia prevista para el 16 de mayo para sostener ante la Sala II de la Cámara Federal los argumentos por los cuales entendemos que Mario Francisco Cirigliano debe responder y comparecer a juicio oral y público igual que el resto de los imputados.

*Abogado querellante.


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