Cuando dejó su banca en la Cámara de Diputados, tras el fracaso en las PASO, en la UCR más de uno daba por hecho que Ricardo Gil Lavedra se retiraría a su estudio jurídico para preservarse durante un tiempo de la política. Lo primero se cumplió pero lo segundo todavía queda muy lejos. Más activo que nunca, se mantiene cerca de causas explosivas, inicio una vía de diálogo directa con el principal operador del kirchnerismo en los tribunales, Javier Fernández, y encontró una nueva socia en el plano sentimental que puede ser trascendente para sus decisiones. Enero lo encontró en el centro de todas las miradas cuando asumió la defensa del fiscal José Maráa Campagnoli, suspendido por decisión de la procuradora general Alejandra Gils Carbó. Comparte esa tarea con Ignacio Irigaray. Es cierto que no logró un fallo que lo reinstaure a Campagnoli en la fiscalía de Saavedra pero el mismo se atribuye la extraña demora en el inicio del jury de enjuiciamiento que debería haber comenzado en la Procuración. Cerca de Gil Lavedra dicen que Gils Carbó no quiere pagar el costo interno que le significará expulsar al fiscal que intervino en la causa por presunto lavado de dinero que vincula al empresario Lázaro Baez.
La falta de definiciones en el caso Campagnoli enerva a algunos kircneristas de pura cepa lo cual los lleva a hacer gestiones para activar el jury. Varios de ellos tienen llegada a la procuradora. La respuesta nunca es favorable. Gil Lavedra conversa también cada vez má a menudo con Javier Fernández. Intercambian rumores y chismes. El primero le pregunta en forma reiterada sobre los asuntos de la Auditoría General de la Nación. Allí la UCR tiene dos bancas en el directorio cuya titularidad Gil Lavedra pretende que se discuta nuevamente en los próximos meses a pesar de que son mandatos que vencen en 2016. El ex diputado tiene además un pie en el Consejo de la Magistratura desde que comenzó a salir con la asesora de ese organismo Claudia Levin, mujer de armas tomar que tiene diálogo variado con Ricardo Lorenzetti. Levin controla la Escuela Judicial, lo cual les es útil a Gil Lavedra y a sus amigos que integran el rubro académico.