Javier Blanco llegaba el domingo a su casa de Wilde, junto con sus padres y sus dos hijos, cuando dos delincuentes se bajaron de un Renault blanco y, luego de forcejear con él para robarle el auto, le dispararon varias veces. Recibió un impacto en la nuca y otro en el pecho, y murió minutos más tarde en el hospital Presidente Perón, de Sarandí.

El asesinato ocurrió ayer a las 3.30 en Heredia al 5900, en aquella localidad del partido de Avellaneda. La víctima, de 36 años, era chofer de la línea 98 de colectivos. Su madre, que presenció el ataque y el crimen, sufrió un infarto y quedó internada en terapia intensiva, informó el diario La Nación.

Los hijos del colectivero, de 3 y 6 años, que dormían en el asiento trasero del auto cuando se produjo el asalto, no recibieron heridas, aunque cuatro disparos impactaron sobre el auto. Los delincuentes, que no lograron robar el Peugeot 207 de Blanco, escaparon.

Una hipótesis que maneja la policía es que Blanco pasó por un cajero automático cercano antes de llegar a su casa y que allí podría haber sido visto por los asaltantes, que lo siguieron hasta la vivienda.