Ofuscado, molesto, nervioso, de mal humor. Así se lo vio al ministro de Justicia, Germán Garavano en Salta, cuando un periodista de aquella provincia le preguntó sobre Leonardo Fariña y la reunión que mantuvieron en la sede de su cartera. “Poco serio, poco serio”, repitió cuando le repreguntaron sobre la declaración que Giselle Robles, la ex abogada del valijero, hizo en la explosiva causa que tramita el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla.
Robles supuestamente le dijo al juez que hubo una reunión en el Ministerio con Garavano, cuando ella defendía a Fariña, en la que supuestamente el mediático financista se quejó de los jueces que tenían que tramitar algunas de las causas en las que estaba involucrado y que la respuestas del funcionario fue que no se preocupara porque no durarían mucho más tiempo en sus cargos, algo que efectivamente ocurrió.
Pero además la abogada le presentó al juez copias de mails que supuestamente había recibido Fariña en la que le indicaban que debía ampliar su declaración indagatoria en la causa que llevaba el juez Sebastián Casanello para implicar en el expediente a la ex presidenta Cristina Kirchner y al ministro Julio de Vido. La ex mandataria fue indagada por Casanello, luego de que se lo ordenara la Cámara Federal, pero luego le dictó la falta de mérito al sostener que no había elementos en el expediente para ordenar su procesamiento. Se supone que los mails le habrían sido enviados por alguien del Gobierno -¿de la AFI, del Ministerio? como una suerte de guión de lo que debería declarar en la indagatoria.
«El ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Carlos Enrique Wagner, titular de Esuco y Safuco, antiguo empleador del arquitecto (Julio) De Vido en las obras del sur argentino, era el encargado de la recolección y cobranza entre las distintas empresas asociadas a esa entidad beneficiadas con esas obras. Fundamentalmente con la Dirección Nacional de Vialidad», declaró Fariña, según publicó el sitio Big Bang News el 1°de agosto de 2016. «Fue el propio De Vido quien negocio frente a la CAC para incluirlo a Wagner como Presidente de la Cámara. Para esto fue necesario modificar el estatuto dado que en primer lugar ESUCO era una Pyme y por lo tanto su titular no podía ser electo Presidente», agregaba la declaración.
Y al abundar sobre cómo se desarrollaba la supuesta maniobra la nota consignaba: «Uno de los esquemas utilizado en la Cámara Argentina de la Construcción para la cartelización de las Obras Públicas era subdividirse en «camaritas» o «comisiones». Estos sub grupos empresarios se reunían en horarios y días específicos para consensuar sus reclamos, organizar los llamados «clubes», que no era otra cosa que el armado previo de las licitaciones estableciéndose quien «iba al frente», con qué precio, y quienes comprarían pliegos para presentarse y «acompañar», obviamente con ofertas exorbitantes, haciendo así «aconsejable» adjudicarle al que iba al frente.
«Estos sub grupos, se dividían en los llamados «vivienderos», los «viales», «obras del conurbano», esta última se reunía en la sede de La Plata y no en el edificio de Paseo Colón e Independencia, «obras públicas», «concesiones y privatizaciones», «legales».
Pues bien, según uno de los correos que Robles le entregó a Ramos Padilla,
que tenía como asunto «Nueva Data», del 18 de abril de 2016, dice textual lo que luego declaró Fariña ante el juez Casanello y que aparece en la nota de BigBang: «Uno de los esquemas utilizado en la Cámara Argentina de la Construcción para la cartelización de las obras públicas era subdividirse en «camaritas» o «comisiones». Estos sub grupos empresarios se reunían en horarios y días específicos para consensuar sus reclamos, organizar los llamados «clubes», que no era otra cosa que el armado previo de las licitaciones», consignó el sitio El Destape.
La abogada Robles, que había sido víctima de la banda dedicada al espionaje ilegal, le habría dado además al juez copias de chats con el ministro Garavano. Si así fuera, se entiende su mal humor.