Empezó el verano en Comodoro Py. Y también la guerra. Todo gira alrededor de la famosa causa de los cuadernos del chofer escritor Oscar Centeno, que promete animar el año electoral que recién se inicia y en el cual los juzgados y fiscalías federales no estarán ajenos, tal como ocurrió en los últimos años.
Los medios más cercanos al oficialismo se encargaron de divulgar durante el jueves dos hechos relevantes: la denuncia de Carolina Pochetti, la viuda de Daniel Muñoz (ex secretario de Néstor Kirchner), quien aseguró que sobornaron al juez Luis Rodríguez para que no avanzara en una causa en su contra y el arrepentimiento del contador Víctor Manzanares, histórico colaborador de la familia Kirchner, quien pidió ser considerado imputado arrepentido.
Durante la mañana del viernes se conoció la réplica desde periodistas y medios más cercanos al kirchnerismo, con una explosiva denuncia por extorsión contra el fiscal Carlos Stornelli, quien inició la causa de los cuadernos con las fotocopias que le llevó el año pasado un periodista del diario La Nación. Y el denuncia es justamente de un imputado en esa causa que está a cargo de Bonadio, quien aseguró que por intermedio de un abogado le pidieron 500 mil dólares para no quedar detenido.
La novedad la dieron a conocer en Página 12 y en C5N y en El Cohete a la Luna, el portal que armó Horacio Verbitsky luego de que el Gobierno presionó a los nuevos dueños del diario fundado por Jorge “Codicia” Lanata para que dejara de publicar sus ácidas columnas dominicales. Al estilo Verbitsky cuenta una complicada trama que involucra al abogado Marcelo D’Alessio a quien se identifica como asesor de la DEA, la agencia antidrogas del gobierno norteamericano, como el gestor del pago al fiscal para que el empresario agropecuario Pedro Etchebest, no quedara detenido en el expediente que tramita a su antojo el juez Bonadio.
“Invocando amistad con el fiscal Carlos Stornelli, Marcelo D’Alessio le pidió 500.000 dólares al productor agropecuario Pedro Etchebest, a cambio de que no se investigara su presunta participación en delitos mencionada por el arrepentido ex presidente de la ONCA, Juan Manuel Campillo, quien sindicó a Etchebest como recaudador “entre propietarios de campos de orientación ganadera a cambio de beneficios” de la ex Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario. Terminaron cerrando por 300.000 y D’Alessio debía cobrarlos el jueves 7, acompañado por dos policías de la custodia de Stornelli. Si se toma al pie de la letra lo que D’Alessio afirma, la DEA estadounidense actúa activamente en la causa de los encuadernados y prepara a los testigos para que declaren o para que compren su libertad enriqueciendo a los funcionarios judiciales y al servicial intermediario. Un allanamiento realizado el miércoles al domicilio de D’Alessio lo puso sobre alerta y no concurrió. Pero un adelanto de 15.000 dólares quedó documentado con audios, filmaciones, fotografías y numeración de los billetes. La diputada cívica libertadora Elisa Carrió dijo en un tuit la noche del jueves que se trata de una operación del juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, “que es de La Cámpora para ensuciar a Stornelli”. Es obvio que ignora la cantidad y calidad de la prueba acumulada contra su amigo”, escribe El Perro, en un texto cargado de información que conviene leer hasta el final.
A diferencia de lo que ocurre con los dichos de Pochetti, la viuda de Muñoz, acusada ser parte de un entramado para lavar 70 millones de dólares en los Estados Unidos, sobre el pago de sobornos al juez Rodríguez, el productor agropecuario Etchebeste hizo una denuncia contra el fiscal Stornelli en el juzgado federal de Dolores, a cargo de Alejo Ramos Padilla, ya que uno de los pagos del soborno se habrían concretado en Pinamar, hasta donde llega su jurisdicción, durante un encuentro al que habría asistido el propio fiscal Stornelli, quien fue secretario de Seguridad en la provincia de Buenos Aires en tiempos de Daniel Scioli y cumplio un rol similar en el club Boca Juniors. El juez ordenó el allanamiento del domicilio del abogado D’Alessio, quien es sobrino del escrinao Carlos Marcelo D’Alessio es “una persona de total confianza del presidente Maurizio Macrì, quien lo designó en la Escribanía del gobierno en vísperas de la Nochebuena de 2015”, consigna Verbitsky.