La Cámara de Diputados rechazó el miércoles por 138 votos contra 95, y tres abstenciones, la expulsión del diputado Julio De Vido, al no alcanzarse el respaldo de los dos tercios de los miembros presentes del cuerpo, en una sesión especial convocada para discutir su situación.
La ofensiva del oficialismo contra el ex ministro del kirchnerismo se inició cuando el fiscal Carlos Stornelli pidió la destitución y el arresto de De Vido en la causa por la que se investiga el presunto desvío de fondos en la mina de Río Turbio.
Sin embargo, el juez no hizo lugar al pedido de la fiscalía y consideró que no había elementos para llamar a indagatoria al ex ministro. De todos modos, la movida de Stornelli, considerado muy cercano al macrismo, a tal punto que fue jefe de seguridad en Boca cuando Macri, era presidente del club, sirvió para iniciar el embate contra el De Vido.
Si bien el oficialismo ganó la votación, no tuvo los dos tercios que se exigen en el artículo 66 de la Constitución Nacional para sancionar la conducta de un legislador, ya que le faltaron 20 votos para expulsar al ex funcionario.
En una encendida sesión especial que se extendió por espacio de más de nueve horas, De Vido fue acusado de corrupto por legisladores oficialistas y él respondió que era víctima de una persecución para desviar la atención en los días previos a las PASO.
De Vido fue salvado de su exclusión con el respaldo de los legisladores del Frente para la Victoria y sus tres aliados, y otras bancadas escindidas del kirchnerismo como el Movimiento Evita, y los sindicalistas Omar Plaini y Héctor Daer.
En este contexto también apoyaron al ex ministro K, el Frente Cívico de Santiago del Estero que responde a Gerardo Zamora, Compromiso Federal, que conducen los hermanos Rodríguez Saá, y media docena de diputados del bloque Justicialista.
También fue una sorpresa el voto favorable a De Vido de los diputados de izquierda, Pablo López, Natalia González y Soledad Sosa, y de Alcira Argumedo de Proyecto Sur, en tanto que se abstuvieron Juan Carlos Giordano,
Natalia González y la justicialista Silvina Frana.
En tanto, el oficialismo, con 86 bancas, contó con el respaldo del Frente Renovador, que aportó 33 de sus 37 votos, del bloque justicialista, y varios legisladores de monobloques como el puntano Claudio Poggi, el salteño Alfredo Olmedo y tres ex massistas.
Uno de los momentos más álgidos fue cuando De Vido ejerció su defensa al afirmar que «no le doy legitimidad a quienes me imputan, ni al método que es claramente violatorio del artículo 66 de la Constitución».
«Soy el blanco de un plan sistemático de marketing, escrito con precisión en muchos libros de los asesores extranjeros del presidente Macri, donde el enemigo tiene que ser destruido, desmoralizado, aniquilado, hasta llevarlo a terminar incluso con su propia vida. Léanlo, es así de morboso y así de tristemente cierto».
Subrayó además que «buscan destituirme y destruirme en lo personal con ataques arteros sobre mis acciones como ministro. Sepan que la forma en que están siendo planteados y llevados a la justicia esos temas tienen la misma liviandad con la que se discutió, en estos días, ante la comisión de Asuntos Constitucionales, el encuadre legal de mi destitución».
Una de las más duras contra De Vido fue la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrio, quien reclamó hoy la expulsión de la Cámara de Diputados por «infame traidor a la Patria en los términos del artículo 36 de la Constitución Nacional» y dijo que en el 2003, «cuando se le entregaron los plenos poderes, empezó la matriz del saqueo de la Nación».
En el cierre del debate, el presidente del interbloque Cambiemos, Mario Negri, defendió la decisión de impulsar la expulsión de Julio De Vido, y señaló: «No importa si no alcanzamos el objetivo lo que tenemos que hacer es sembrar valores» y agrego que «es importante enfrentar la corrupcion y la impunidad».
En el cierre del debate, el jefe de la bancada del kirchnerismo Héctor Recalde, dijo: «No podemos modificar los tratados internacionales que exigen una condena firme» para separar un legislador del Congreso y acá «nos tiene que preocupar lo que está pasando en el país».