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Cómo operan las bandas de colombianos que roban departamentos

Por Ignacio Ramírez.

Son bandas delictivas extranjeras, pero son precavidas. Para evitar penas severas si son detenidos, no llevan armas de fuego, no son violentos y se mueven en autos alquilados. Son colombianos especializados que operan básicamente en tres rubros: las autopistas, el robo a departamentos y oficinas sin ocupantes los fines de semana, y las salideras.

La elección de la Argentina para delinquir se basa en lo barato que les resulta viajar a Buenos Aires y que además se trata de un mercado apetecible.

Los delincuentes fueron arribando en los últimos tres años, a partir de la persecución que comenzaron a sufrir en sus ciudades de origen. Una fuerte presión político policial ejercida para bajar los índices de violencia impulsada por el gobierno colombiano generó una “migración” delictiva importante.

Operan en grupos y hacen inteligencia previa.

Los robos a las viviendas en Colombia se lo conoce como los “apartamenteros”, aquí serían los “escruchantes”.

“Sin dudas, el sistema penal y procesal colombiana en cuanto a penas, su fijación y cumplimiento es más duro que el argentino. Por eso «migran» sus acciones delictivas especializadas, no es casualidad, es causalidad”, indica el reconocido abogado penalista Gabriel Iezzi.

No son violentos, manejan logística e inteligencia previa, operan en grupos de tres a cinco personas, en moto o vehículos con apoyo de otras unidades, y tiene un arte particular: las cerraduras y los engaños son la base de estas comunidades delictivas con una estructura operativa importada.

Desde 2010 las fuerzas de seguridad argentinas arrestaron a más de 350 delincuentes de nacionalidad colombiana. En su mayoría dedicados  a robar departamentos y cazar desprevenidos en las autopistas del conurbano. Actualmente, hay más de 80 que están presos en cárceles federales, procesados por este tipo de delito.

Según cifras de la ONG Defendamos Buenos Aires, que dirige el abogado Javier Miglino en Buenos Aires robaron en lo que va del año casi 500 viviendas y departamentos, lo que generó una pérdida global de casi 9 millones de pesos. Las bandas eligen sus objetivos a partir de inteligencia previa, o compra de datos. Rara vez, cazan en vivo, tocando el portero en busca de un departamento vacío. Para acceder al edificio, preferentemente utilizan llaves maestras, barretas,  tarjetas de crédito o plásticos para abrir el pestillo, dependiendo de la calidad y complejidad de la cerradura. Y una vez en el piso elegido, con herramientas de cerrajería, patadas o moladoras fuerzan las puertas de los departamentos.

También fueron pioneros en el la modalidad conocida en como “los pincha-ruedas”: persiguen al auto elegido a una distancia prudencial hasta que la víctima este distraída. En un accionar rápido y sorpresivo, hacen un corte en una de las ruedas traseras del vehículo generalmente con un destornillador, cutter o faca. Cuando la víctima desciende para cambiar el neumático o bien pedir ayuda, los delincuentes dan el golpe de gracia.

Investigadores de la Policía Federal aseguran que tanto los  “pincha-ruedas” como los roba departamentos tiene conexiones entre sí y conformarían las mismas bandas.


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