Una delegación de madres de víctimas de la tragedia de Once viajó a Roma para reunirse con el Papa Francisco y participó de una misa íntima que fue celebrada en la capilla de la residencia de Santa Marta, y que tuvo solo unos treinta invitados que saludaron personalmente al Pontífice.
El Papa recibió luego en una audiencia privada a los familiares de la tragedia que provocó 51 muertos -entre ellos una mujer embarazada- y más 700 heridos a raíz del choque del tren el 22 de febrero de 2012.
Durante la misa Francisco dijo que «el cristiano es un hombre o una mujer que sabe esperar a Jesús y por esto es un hombre o una mujer de esperanza» y destacó la «virtud de esa esperanza». Luego el Papa grabó un video en el les envía un afectuoso saludos a los familiares de las víctimas y les pide que confíen en el juicio que se está llevando adelante.