Según informa el diario Clarín, la escena protagonizada por Zacarías ocurrió en mayo de 2008, cuatro meses antes que se limitaran las importaciones. Máximo estaba muy transpirado y visiblemente nervioso. Su presencia en la Sedronar sorprendió a varios empleados.Paradero, que trabaja en el Registro de Precursores Químicos, aseguró que el mayor de los Zacarías “gestionó un certificado” de importación para Carlos Edelmiro González, un empresario farmacéutico de Formosa procesado por haberle vendido efedrina a Mario Segovia, denominado el “Rey de la Efedrina”.En 2008, Máximo Zacarías era empleado del PAMI, pero tenía injerencia en la Sedronar a través de su hermano Miguel, quien cumplía funciones como secretario de José Granero y llamaba a la Casa Rosada cada vez que se aprobaba un cargamento. Los otros dos hermanos son Raúl (sub jefe de Protocolo de la Presidencia entre 2003 y 2013) y Luis (actual secretario de Cristina Kirchner).

Granero fue procesado por Servini de Cubría, junto con otros ex funcionarios de la Sedronar por permitir la entrada en el país de 41 toneladas de efedrina que luego terminaron en poder de narcotraficantes.

«El pedido de Máximo Zacarías llegó a oídos de Granero, quien habría ordenado informar por escrito a Gabriel Abboud, uno de los funcionarios procesados por no controlar el desvío de 41 toneladas de efedrina a narcos argentinos y mexicanos», informa Clarín.

Servini de Cubría había ordenado la indagatoria de Paradelo por varios llamados sospechosos a la Casa Rosada.El joven abogado, oriundo de Río Gallegos, dijo que los hizo para interiorizarse de “una serie de nombramientos”. Y respondió decenas de preguntas durante más de seis horas. Aunque aún debe ser probado, su testimonio reactiva la causa y abre varias líneas de investigación.

Máximo Zacarías fue denunciado la semana pasada por el titular del PAMI, Luciano Di Cesare, luego de que Clarín reveló que estaba involucrado en la compra de ambulancias para la empresa Emerger. Las pruebas fueron aportadas ante la Justicia por la diputada Elisa Carrió.

Sin embargo, Servini de Cubría resolvió en las últimas horas que se trata de un hecho nuevo y la denuncia recayó en el juzgado federal de Sebastián Casanello, quien ya corrió vista al fiscal Gerardo Di Masi.