Por Javier Sinay. “No entiendo por qué me buscan ahora; si en tanto tiempo no me llamaron nunca, no sé por qué ahora”, se pregunta el remisero Marcelo Tagliaferro, testigo de cargo del cuádruple crimen que sacudió a La Plata en la madrugada del 27 de noviembre de 2011. Tagliaferro ha sido convocado por la fiscal platense Ana Medina para prestar una declaración indagatoria el próximo 26 de marzo, procesado –aunque él advierte que todavía nadie le comunicó esa circunstancia– por el delito de “falso testimonio en perjuicio de un imputado”. La defensa de Osvaldo Martínez, alias “el Karateka” e imputado (junto a Javier Quiroga, alias “la Hiena”) como presunto autor del múltiple crimen, siempre apuntó contra las palabras del remisero Tagliaferro, que desde los primeros días había dicho que Martínez era la persona a la que había visto en la escena del asesinato cuando había llevado en su remís a la última de las víctimas, Marisol Pereyra. De hecho, es el propio Osvaldo Martínez quien se ha presentado como particular damnificado en la causa en la que ahora debe declarar Tagliaferro. Tagliaferro asegura que irá a declarar sin presentar objeciones (tiene fecha para fines de marzo) y admite que luego de recibir la citación se reunió con su abogado, Fernando Burlando, pero explica que no recibió ningún consejo de parte de aquel porque “lo único que tengo que hacer es decir la verdad, una vez más”. Tagliaferro declaró dos veces en aquellos días calurosos de fines de noviembre de 2011. Primero, en la sede policial de 1 y 59, donde habló poco sobre el hombre al que había visto en el lugar del hecho. Dos días después volvió a declarar, acompañado por el abogado Fernando Burlando, y ante el fiscal Álvaro Garganta afirmó que estaba en condiciones de recordar al supuesto autor de la masacre. Esa persona era, según aseguró, el Karateka Osvaldo Martínez. La defensa del acusado alegó que la foto de Martínez ya había sido publicada en los diarios Clarín y El Día, y que Tagliaferro sólo lo había visto en esas páginas. Pero el remisero testigo dijo que en su primera declaración estaba en shock y aseguró siempre –y lo hace hasta el día de hoy– que Martínez es la persona que salió de la casa donde habían ocurrido los cuatro asesinatos y que le dijo a él que se retirara porque Marisol Pereyra iba a llamar otro remís para volver, un poco más tarde. “Lamentablemente, vivimos en Argentina: acá los que hacen bien las cosas están mal; y al revés”, se lamenta ahora Tagliaferro. “¿Qué país es este? ¿El de Callate-La-Boca-Dejá-Que-Nos-Maten? Yo lo único que hice fue salir de testigo en un homicidio y esto me enseña que el día de mañana, cuando ves algo, te tenés que callar la boca. Es tristísimo: podemos llegar a solucionar algo y no lo podemos contar porque gana el que tiene más plata y más poder”. El remisero no está teniendo una buena semana: cuando la marea judicial e informativa crece y él pasa a ocupar el centro de la escena, sus patrones le sugieren dejar de trabajar por unos días, por lo menos hasta que pase el temblor. “Nadie se pone en el lugar mío”, se amarga él. “Perdí el trabajo y la gente me grita cualquier barbaridad por la calle. Y yo soy un simple testigo, nada más”. Mientras tanto, el juicio se acerca. Con fecha en mayo, será responsabilidad del Tribunal Oral y Criminal N°3, integrado por los jueces Santiago Paolini, Andrés Vitali y Ernesto Domenech. Sin embargo, todavía está en discusión si el fiscal del debate será el mismo que el de la instrucción, Álvaro Garganta: el funcionario se excusó alegando que una enemistad de parte de la familia de Martínez es perjudicial para el propio imputado, pero el fiscal general, Héctor Vigliolo, dispuso que Garganta defienda sus hipótesis en la sala de audiencias. Ahora, la decisión de Vigliolo ha sido apelada por Garganta ante la Sala III de la Cámara Penal. Como sea, el remisero Tagliaferro dará uno de los testimonios centrales del debate. “A mí el juicio me tiene sin cuidado el juicio”, asegura hoy. Y jura que irá a declarar con perfil bajo. “Mucha gente me dice: ‘Loco, en qué quilombo te metiste’. Pero si a vos te matan a una hija, ¿te gustaría que haya un testigo o no?”.
El remisero Tagliaferro, procesado por falso testimonio
Fue quien incriminó al «Karateca» Martínez en el crimen de su pareja y de su familia. De todos modos debe declarar como testigo en el inminente juicio oral.