| Cuadernos de la corrupción

El empresario Marcelo Mindlin no aparece en la mira de Bonadio: ¿lo banca Lorenzetti?

El empresario figura en los cuadernos, pero aún no fue citado. Su amistad con el presidente de la Corte y con Mauricio Macri.

Vidal, Macri y Mindlin.

Vidal, Macri y Mindlin.

El empresario Marcelo Mindlin no está en la Argentina. Debía regresar jueves pasado de Estados Unidos pero un aviso oportuno le recomendó no pisar Ezeiza. Cercano a las querencias de Mauricio Macri, zar de la energía en el Gobierno de Cambiemos, hasta ahora es el gran ausente de los papeles de Claudio Bonadio y Carlos Stornelli a pesar de que os cuadernos Gloria dicen que Baratta estuvo en las oficina de magnate.

Los negocios de Mindlin con Macri son descomunales partiendo de que fue quien compró IECSA a Angelo Calcaterra para quitar presión sobre la familia presidencial. La diferencia es que Calcaterra estuvo en lo de Bonadio ya como arrepentido y paso sus días en un estado de tensión absoluto. A saber: después de una de las dos entrevistas que dio en los días pasados habría dicho en riguroso off que según su información Baratta era un espía al servicio del general César Milani, dijeron fuentes del caso a CyR.

Mindlin por su parte conoce bien a Bonadio porque coincidieron en algunas reuniones que armó Sergio Massa en la fase inicial de su campaña del 2015, carrera en la cual el tigrense llegaría en tercer lugar. También ha conversado con el juez federal en el hermetismo del despacho de Ricardo Lorenzetti, dicen en la Corte.
Mindlin y Lorenzetti tienen una relación larga y ocupan lugares comunes en la historia reciente porque el empresario respaldó, en un viaje a Nueva York con Cristina Kirchner todavía como primera dama, la idea del entonces senador Nicolás Fernández de proponer a un desconocido abogado de Rafaela para la Corte Suprema en plena depuración de la corte menemista. Y así como fue llegó al lugar donde hoy está.
Los hechos lo demuestran: en la última reunión que Lorenzetti armó con grandes empresarios a pedido de Fernán Saguier (dueño del diario La Nación), Mindlin fue el primero en llegar aunque esa relación hubiera molestado a su amigo Macri.

Algunas rarezas

La indagatoria del chofer Oscar Centeno, el primer arrepentido que tuvo el caso, dejó una luz amarilla para el futuro de la megacausa. En un momento de la indagatoria, a la cuyo registro CyR tuvo acceso, la transcripción indica que Centeno habla de una reunión entre Baratta, el entonces juez Norberto Oyarbide y él mismo en la cual se habría negociado paralizar ciertos expedientes.
En uno de los cuadernos cuando hace referencia a la reunión dice que Oyarbide los recibió en su departamento de la calle Libertad al 1751.  Dos datos: la calle Libertad llega hasta el 1600 y Oyarbide nunca vivió en la calle Libertad, sino en Rodríguez Peña. Algo muy básico y conocido por aquellos que manejan la rutina de Py.

La indagatoria está siendo analizada pero este primer dato, muy fácil de constatar, comienza a  abrir ciertos espacios de incertidumbre. ¿Qué pasaría si esas imprecisiones se reiteran?, ¿Qué ocurriría si algunos de los protagonistas de las reuniones pueden demostrar que en la fechas del cuaderno estaban fuera del país?