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Cuáles son los planes de Alberto para la Agencia Federal de Inteligencia

El candidato del Frente de Todos ya tiene el hombre que puede conducir el espionaje local.

Fernández confía en un amigo para manejar la AFI.

La contundencia del triunfo electoral del Frente de Todos en la primaria de hace dos fines de semana acelera el reparto de posiciones clave en el peronismo para la próxima administración.

En ese sentido, las miradas se posan sobre la AFI, un destino crucial y que siempre ha interesado a Alberto Fernández, aseguran quienes están al tanto de las novedades de los servicios de inteligencia locales.

En el entorno del candidato aseguran que Julio Vitobello, uno de los mejores amigos de Fernández, tiene todos los números para ser el próximo mandamás en el noveno piso de la calle 25 de Mayo.

Se podría decir que no cambia demasiado el escenario respecto a Mauricio Macri, que también eligió a su amigo Gustavo Arribas para hacerse cargo de la la jefatura del espionaje argentino. Lo mantuvo inclusive cuando fue acusado por maniobras de lavado de dinero, que fueron rápidamente archivadas.

Sin embargo existe una matriz diferencial: Arribas venía de afuera de la política e incluso de afuera del país, ya que cuando Macri ganó la presidencia en 2015, se encontraba viviendo en Brasil. Vitobello en cambio fue titular de la Sigen y de la Oficina Anticorrupción en los gobiernos K.

Recibido en la Universidad de Buenos Aires (UBA), Vitobello fue subsecretario de Coordinación y Evaluación Presupuestaria de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación en el gobierno de Néstor Kirchner. Allí se haría muy amigo de Alberto Fernández.

También fue diputado de la Legislatura porteña por el PJ entre 2000 y 2003. Y entre los años 1993 y 1997 ocupó el cargo de jefe de Gabinete de la Secretaría de Interior. Toda una trayectoria en la política.

Fernández no tiene ideas de grandes modificaciones en el mundo del espionaje pero en privado defiende a ultranza la idea de que los fondos de la AFI deben ser públicos en su totalidad, un proceso que Cristina de Kirchner había iniciado pero que Macri volvió a instalar en los sótanos del poder a instancias de Silvia Majdalani.


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