Por Alicia Stolkiner

Si se confirma que el cuerpo encontrado es el de Santiago Maldonado el dolor será infinito. Solo nos queda la certeza de que si la respuesta social no hubiera sido la que fue, si no hubiera habido las marchas que hubo, si no se hubiera insistido en preguntar y reclamar por él como se hizo, si la familia dignamente (una vez más en la historia de este país, ahora representada por un hermano) no hubiera puesto su voz en la búsqueda, el hecho se hubiera encubierto y silenciado. Sea cual fuere el resultado de la investigación hubo funcionarios y personajes que quedaron en evidencia: Patrcia Bulrich cuya reacción fue la defensa corporativa de la gendarmería, Elisa Carrió con la irresponsable y asombrosamente cruel forma de tratar el tema aún después del hallazgo del cuerpo, y el presidente manteniedo una distancia injustificada, entre muchos otros..
Lo cierto es que allí está ahora ese cuerpo que nos duele y les empañó una de las joyas de la campaña electoral judicial: la orden de desafuero y detención de un funcionario del gobierno anterior.
Otros perdedores, a mediano plazo, fueron los verseros de los medios de comunicación inventando (cosa que siguieron haciendo ayer) cortinas de humo, el recurso –como dirían los economistas– es limitado, y está entrando en desgaste.
Pero lo cierto, y congratulemonos por ello, es que una parte activa y vital de la sociedad volvió a dar cuenta con el cuerpo y la palabra de que hay memoria y que hay límites que no se pasan.
La democracia no son solamente los votos, la democracia también es un activo social que obliga imperiosamente a preservar los derechos. Algo pudimos por ese joven cuyos ojos, si es él el cuerpo que encontraron, no olvidaremos nunca.

Tomado del facebook de la autora.