El fiscal federal Carlos Stornelli está agitando en la Oficina Anticorrupción la polémica sobre la compatibilidad entre el cargo que ocupa el ministro de Energía Juan José Aranguren y su condición de portador de acciones de Shell.

En el Gobierno se está generando alguna inquietud porque Stornelli se consideraba un elemento amigo en la interna judicial. Su pasado con funciones en la seguridad de Boca y su amistad con jueces como Claudio Bonadio o el fiscal Raúl Plee son prueba de ello.

De todos modos, Stornelli reclama que se clarifique si la OA encontró o no incompatibilidades en el rol del ministro de Energía con respecto a su función al frente de esa cartera y las acciones que posee.

El pedido llegó luego de una orden de presentación realizada semanas atrás en sus oficinas, en las que el juez Luis Rodríguez -a pedido de la fiscalía- exigió documentación acerca del swap vinculado a la importación de gas desde Chile.

Stornelli requirió  todos los actos administrativos del Ministerio para evaluar si existió incompatibilidad en alguna de las resoluciones dictadas tanto por Aranguren como por su entorno directo.

Ya existe una primera respuesta que viene de registros oficiales y que es inquietante para la liga Cambiemos: de las últimas siete importaciones de combustible Shell se adjudicó seis lo cual repercutió en la acción de la firma en la bolsa porteña.

Para entender el caso es preciso bucear en el universo de contactos del fiscal, puntualmente hacia sus vínculos con el sciolismo y en concreto con el dueño de Edelap, Alejandro Macfarlane, que controla la firma de energía más fuerte del territorio bonaerense y que también era cercano al gobernador Scioli.

Macfarlane tiene una asociación con la italiana Comuzzi a través de una tercera sociedad llamada IEBA. Esta firma también quiso importar energía y en las siete licitaciones perdió contra Shell.

El pedido del fiscal complica a Laura Alonso que tiene que experdirse sobre el caso de Aranguren que ya tiene una causa que tramita en el tribunal del juez Luis Rodríguez, compadre del operador Javier Fernández, que a su vez es cercano a Stornelli.

 En la causa, Aranguren ya es investigado por haber comprado gas a Chile a precios más elevados que a Bolivia, en el que una de las firmas involucradas mantiene vínculo con Shell.