| Javier Fernández

El regreso triunfal de un operador judicial a los tribunales de Comodoro Py

El auditor estuvo todo el verano recluido en una quinta. Pero regresó tras una reunión secreta con un dirigente de La Cámpora en ascenso. Los encargos.

comodoro pyEl operador judicial Javier Fernández intenta recuperarse de un verano de ostracismo. Golpeado por la salida de Jaime Stiusso de la ex SIDE, con el estudio de Darío Richarte en franca retirada y para colmo con el escándalo de la muerte de Alberto Nisman, el auditor se exilió en una quinta de la provincia de Buenos Aires.

Ahora ensaya su retorno. En los pasillos judiciales algunos comienzan a verlo reaparecer y hasta se habla de una cumbre secreta, en un restaurant del Conurbano, con Eduardo «Wado» De Pedro, el nuevo secretario general de la Presidencia.
En ese encuentro el dirigente de La Cámpora le habría solicitado a Fernández una pronta resolución de dos causas: la denuncia de Nisman y la de la empresa presidencial Hotesur. El primero ya está.
Ayer cuando la Cámara confirmó la desestimación Eduardo Farah, que es el satélite de Fernández en la Sala I, votó en contra del interés del gobierno. El voto ese ya no hacía falta.
Ruben Mousalli, adlater de Daniel Scioli y cercano a la familia de Jorge «Paty» Ballestero ya había hecho las gestiones correspondientes por orden del gobernador. Jugó el rol que algunas fuentes le endilgan a Rodolfo Fito Cuiña, dueño de Casa Rodó. Pero lo cierto es que Cuiña hace quince días que esta fuera del país, concretamente de viaje por Estados Unidos.
El encargo de Hotesur en música para los oídos del auditor Fernández porque le da la oportunidad de al menos molestar por un rato a Claudio Bonadio, enemigo declarado de Stiusso.
Ya el camarista Gustavo Hornos convocó una audiencia en la Casación para definir si vale la recusación contra el juez que lleva adelante la sobrina de la presidenta, Romina Mercado, directora en la empresa hotelera.
Hotesur es la causa que más inquieta a la presidenta porque allí son investigados sus hijos. Durante todo el verano se habló de la intención de Bonadio de convocar a Máximo a dar explicaciones en la Justicia.
Se cuenta que ya esta semana Fernández reapareció por la Auditoria General de la Nación, oficinas de las que se había alejado ante el rumor de que el kirchnerismo pensaba removerlo del cargo.
Allí le toca convivir con el radical Leandro Despouy que hacia afuera habla mal de su colega y lo rechaza pero que en la cotidianidad del organismo tienen una relación más que cordial.

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