Dalbón representa a un grupo de querellantes.

No hay muchos antecedentes, al menos recientes. El abogado Gregorio Dalbón, que representa a un grupo de querellantes en la causa por el choque del tren en la estación de Once, fue expulsado de las audiencias del juicio oral y público por el hecho registrado el 22 de febrero de 2012, que provocó 51 muertos y casi 800 heridos.

La decisión la tomó ayer el Tribunal Oral Federal Nº 2 (TOF 2), a cargo del juicio, tras considerar que la prohibición de ingreso del letrado a las audiencias es la “única medida” para poder continuar con el juicio oral, que se retomará el próximo lunes a las 10.

El Colegio Público de Abogados le impuso a Dalbón una multa de 5604 pesos y dio intervención al Inadi, por su conducta en las últimas audiencias, cuando dijo que si se sintiera amedrentado por un policía a cargo de la seguridad del juicio, se “le tiraría al cuello y le mordería la yugular”.

El TOF 2 impuso también un apercibimiento al abogado Mariano Fragueiro Frías por haber iniciado, durante una audiencia, los comentarios sobre el oficial de policía que luego fue destinatario de los dichos de Dalbón. Fragueiro Frías manifestó de manera “ampulosa y altisonante”, según el tribunal, que el subcomisario Mariano Costeau lo había mirado de manera intimidante, a lo que Dalbón sumó sus comentarios.“Efectivamente, me estaba mirando, pero en ningún momento la mirada del señor me amedrentó. Es más, creo que aunque sacaran las armas, me le tiraría al cuello y le mordería la yugular. Yo no le tengo miedo a nada”, afirmó Dalbón.

Por las expresiones que le dirigió al subcomisario de la Policía Federal, y la perturbación del trámite del juicio, los camaristas Jorge Tassara, Rodrigo Giménez Uriburu y Jorge Gorini pidieron que se investigue si el letrado cometió delito.Los jueces afirmaron que la situación generada por Dalbón provocó un cuarto intermedio y “por primera vez desde el inicio del debate, la imposibilidad de continuar con la jornada en desarrollo, interrumpiendo la declaración testimonial que se estaba llevando a cabo”. El tribunal acotó que el desempeño del abogado en las audiencias “se ha visto plagado de provocaciones e invitaciones al conflicto con las personas que presencian el juicio, quienes, al igual que sus representados, resultan damnificados por el hecho juzgado”.

El tribunal consideró que Dalbón tuvo una actitud “provocativa, irrespetuosa y desafiante” y que el hecho fue de una “gravedad inusitada”, a pesar de que ya había recibido advertencias en al menos tres ocasiones, en las audiencias del 13 de mayo, 2 de junio y 2 de septiembre.