En las horas previas a que se comience a discutir en la Cámara de Diputados el proyecto de ley que legaliza la interrupción del embarazo, es un buen momento para ver el documental «Vicenta».
Con un estreno reciente en el Festival de Cine de Mar del Plata y disponible en forma gratuita en la plataforma Cinear, narra de una manera muy original las peripecias de una madre para lograr en 2006 que le hicieran un aborto a su hija, que tiene un retraso madurativo y que había sido violada por un tío.
La narración es original porque el relato se estructura a partir de muñecos de plastilina y pequeñas escenografías con la voz en off de Liliana Herrero.
En diálogo con el programa Crimen y Ficción, su director Darío Doria explica que su película es un documental, a pesar de lo inusual de la forma en que se desarrolla.
Vicente, la protagonista, es un mujer que no sabe leer ni escribir, que hace tareas de limpieza en casas y que tuvo dos hijas, la menor que «crece, pero no crece».
Es decir, su cuerpo se desarrolla hasta convertirse en un joven de 19 años, pero su mente queda estancada en la de una niña de 8 años.
Víctima de abuso
Es así que un día la joven le dice que a la madre que le duele la panza: tras la consulta con el médico le informan que está embarazada y que debe hacer la denuncia porque fue víctima de un abuso sexual.
Actualmente, el Código Penal ya autoriza el aborto en los casos de abusos de mujeres «dementes o idiotas», por lo que no se requiere ningún tipo de autorización.
Pero a Vicenta, una mujer pobre y analfabeta, el aparato del Estado le jugó en contra y toda su maquinaria se puso en marcha para impedirle acceder a su derecho.
Doria retrata en forma minuciosa el calvario de Vicenta y sus hijas, ya que la hermana mayor de la víctima, la acompaña en las interminables visitas a los tribunales y al hospital de La Plata.
Con un impecable manejo de la cámara y la iluminación el director consigue conmover con sus muñecos de plastilina, a cargo de Mariana Ardanaz.
La historia cuenta además cómo un grupo de mujeres se acerca a Vicente, luego de que el Estado le dio la espalda, a darle una salida para terminar con la injusticia.
Archivo no perdona
«Yo fui siguiendo la historia a lo largo de los años y me fui enterando de lo que pasó después. Y era buenísimo, era maravilloso lo que hizo Vicenta, lo que logró Vicenta, ayudada por militantes de los derechos de la mujer», explica el director.
Doria no quiso adelantar en el transcurso de la entrevista cómo siguió la historia de Vicenta y porqué se convirtió en un caso paradigmático. Para eso mejor ver la película.
El documental tiene algunos fragmentos de archivo que hoy no dejan de sorprender, como el de un juez de la Suprema Corte de Justicia de la provincia que llega a dudar de que la joven fue víctima de una violación.
Por eso decimos, que en las horas previas a la nueva discusión en el Congreso, se hace tan necesario ver documentales como éste.
La entrevista con Doria acá abajo:
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