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Una investigación penal demuestra cómo hacían secuestros virtuales desde la cárcel de Devoto

Por Ignacio Ramírez.

A menos de una semana de revelar que en la cárcel de Córdoba hay presos vip, que tienen acceso a teléfonos, computadoras, internet y dinero, CyR pudo averiguar que una realidad similar ocurre en la cárcel de villa Devoto, donde algunos internos abusan de las facilidades que les brindan para estudiar para comete delitos

– “No acá esto es Devoto, esto es otra vida. Acá tenemos todo. Hasta robamos desde acá imagínate y no estamos cómodos amigo. Robamos y encima estamos impunes. Robamos impunemente. Vamos a la universidad, tenemos mucha visita, mucha comida, metemos caño…cualquier cosa, esto da para todo…Y hace de cuenta que si que lo tomamos para la joda…”

– Te voy a comentar un secretito. Por los teléfonos, bueno en realidad con esto por los cuales tengo, habrás escuchado en la televisión de los hechos que se hacen con los teléfonos. No? Adentro de las cárceles.

– Si.

– Y bueno ahí empecé a remontar un poco. Y de eso también ahora, es como que me mantengo más yo. Y no pedirle tanto a mama. No me falta nada. Ahora tengo plata ahorrada de lo que hago con esto. Tengo ganas de invertir en algo. Tengo noción de cómo invertir.

-…

– “Escúchame,  ¿llego todo?”

– No boludo, está todo arriba del techo…

– Escúchame ahí te mande en la pelotita (conocido como Paloma)  un poco de porro, y la otra bolsa que tiene un celular y un cargador es para Maxi que no sé a quien se lo tiene que dar.

– No llego nada, tengo que pescar ahora en el techo, no llego.

Desde Devoto hacían secuestros virtuales en Lomas de Zamora.

Desde Devoto hacían secuestros virtuales en Lomas de Zamora.

El diálogo es de dos presos de la Unidad Penal Federal de Devoto. Las voces son  de familiares y de los reclusos Diego Sebastián Petrisan, quien está detenido desde el 2006 y de Fabio Galante, abogado, estudiante de sociología, ambos detenidos qntriormente en La Plata. Dos presos que buscaban aparente acercarse a la resocialización en el Centro Universitario Devoto (CUD), una institución educativa que logró que el 77 por ciento de los ex detenidos no sean recincidentes. En el 2010 se habían secuestrado más de 30 equipos de telefónica celular.

Un nuevo escándalo en las cárceles producto de algunos presos que se aprovecharon de los beneficios para delinquir, una clara demostración para la otra cara de la corrupción penitenciaria generadas por mafias de presos vips que provocan un efecto cascada con la mayoría de los detenidos.

La causa comenzó en los tribunales de Lomas de Zamora a raíz de mala utilización de la telefonía celular e internet para cometer secuestros virtuales, y delitos. Las escuchas judicializada en el 2012 son el producto de que el dinero y el mal uso de los privilegios trae complejidades a la seguridad de los penales de máxima seguridad. Las cárceles argentinas hoy viven una guerra y pase de facturas indirecto productos de algunos presos.

En la causa también se demostró que una profesora del CUD, que trabajó con el fiscal general de San Isidro Julio Novo, y dar clases en la UBA, le entregaba teléfonos celulares a los presos. Los aparatos eran usados para realizar innumerables secuestros virtuales.

Las conversaciones grabadas entre internos de la cárcel son contundentes. La causa avanzó y determinó que se utilizó al voleo la guía telefónica de Lomas de Zamora para elegir las potenciales víctimas. Los incautos elegidos eran obligados a recaudar dinero en una hora. No podían cortar el teléfono, y debían buscar el dinero. La entrega era también en el partido de la zona sur del Conurbano. La banda logró ser desarticulada, a partir de un tabajo conjunto de diversas divisiones de la bonaerense.

Los presos VIP tienen  acceso a determinados elementos de lujo, algunos de los cuales vulneran las reglas más elementales de la seguridad carcelaria. Tal como publicó en forma exclusiva Crimen y Razón sobre el caso del interno Gabriel Rubiano de la Unidad Penitenciaria Número 5 de Villa María, (con antecedentes por hechos contra la propiedad) que subió las fotos a la red social Facebook y claramente se pueden observar que en los pabellones que ellos habitan hay teléfonos celulares, internet, televisión satelital, dinero en efectivo y drogas. Elementos que pudieron sortear no solo la vulnerabilidad del penal, sino cualquier tipo de requisa posterior, todos elementos prohibidos para los presos en cualquier institución carcelaria del país.


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