| Investigación

Un financista desaparecido, dinero negro y cruces entre espías: los misterios del suicidio de Nisman

Todos los hechos que no se esclarecieron en estos cinco años.

Stiuso no le atendía el teléfono a Nisman.

El juez federal Julián Ercolini y el fiscal Eduardo Taiano resolvieron hace dos años que Alberto Nisman había sido asesinado en el baño de su departamento en Puerto Madero, pero desde entonces no pudieron aportar ningún dato en la causa, ni el más mínimo indicio,

que permita identificar al supuesto homicida.

Llegaron a esa conclusión, pese a todas las evidencias que hay en el expediente sobre un suicidio, gracias al controvertido, por decirlo de la manera más leve, de la Gendarmería Nacional. Ese trabajo sostiene que Nisman fue asesinado por dos hombres, con quienes peleó en el departamento, le inyectaron ketamina -una droga usada en animales- lo llevaron al baño y lo mataron.

Nunca hubo registros de entrada ni de salida del edificio de Puerto Madero de los dos supuestos homicidas, que tiene un servicio de vigilancia durante las 24 horas. Un dato no menor es que Nisman murió con la pistola que llevó Diego Lagomarsi al departamento la noche del 17 de enero, a pedido del fiscal. Fue el propio Lagomarisno quien se encargó de avisar el mismo lunes que él había llevado el arma, después de que Nisman se lo pidiera para proteger a sus hijas.

Después de haber denunciado a la entonces presidenta Cristina Kirchner y a su canciller Héctor Timerman, Nisman tenía que presentarse en el Congreso el lunes siguiente invitado por las diputadas Laura Alonso y Patricia Bullrich. Pero ya en las primeras horas, la denuncia de Nisman comenzó a hacer agua con furibundas desmentidas como la del ex titular de Interpol Ronald Noble.

Salvo el peritaje de Gendarmería, todas las evidencias que hay en la causa apuntan a que se trató de un suicidio. Que cinco años más tarde se siga discutiendo algo que parece tan evidente es consecuencia del uso político de la muerte del fiscal y lo que es más grave aún, la docilidad de la Justicia para dejarse llevar hacia ese lado.

Los medios alineados con Cambiemos buscan por estas horas sostener la teoría del homicidio, de cualquier modo. Sin embargo, hay todavía muchos elementos no esclarecidos en el suicidio del fiscal y que no hacen más que alimentar las sospechas sobre la apresurada denuncia del fiscal -en medio de la feria judicial-, sus vínculos con el mundo del espionaje y su estilo de vida. Pero en esas cuestiones prefieren no indagar. Hagamos un repaso.

El desaparecido Stefanini

El 17 de octubre de 2014, unos meses antes de la muerte de Nisman, desapareció en San Fernando el financista Damián Stefanini. La causa quedó a cargo de Sandra Arroyo Salgado, ex esposa del fiscal, y jueza federal en San Isidro. Nunca se supo que le pasó. La sorpresa llegó cuando se descubrió que le había hecho un depósito de 150 mil dólares en el año 2012 en una cuenta que Nisman tenía en el Banco Merril Lynh. 

Por esa cuenta hay una causa abierta por presunto lavado de dinero en la que están imputados la madre de Nisman, Sara Garfunkel; su hermana Sandra, el empleado informático Diego Lagomarsino, y otro empresario, Claudio Picó, a cargo del juez Claudio Bonadio, quien nunca mostró interés en hacerla avanzar. 

Cuando declaró ante la jueza Fabiana Palmaghini en la causa por la muerte de Nisman, antes de que pasara al fuero federal, el ex espía Antonio Horacio Stiuso, habría dicho que Stefanini había prestado funciones para la ex Side en movimientos de dinero y de tipo financiero, aunque nunca llegó a ser un agente orgánico. 

Lavado de dinero

La causa por lavado de dinero estuvo originalmente a cargo del fiscal Juan Pedro Zoni y el juez Rodolfo Canicoba Corral, quien llegó llamar a indagatoria a Lagomarsino, titular a pedido de Nisman de la cuenta en el banco Merrill Lynch de Nueva York, y al financista Claudio Picón, acusados al igual que Sara Garfunkel y Sandra Nisman de actuar como testaferros de Nisman. En la cuenta había depositados 600 mil dólares, que Nisman nunca declaró ante el fisco argentino. “El 24 de enero de 2015 publiqué en el diario Página/12, una planilla con los pagos en dólares que Nisman recibió del diario Israel Hayon, propiedad de Sheldon Adelson, quien explota casinos en Las Vegas y en enclaves coloniales de Asia. Las transferencias de Israel Hayom a Nisman se realizaron entre 2010 y 2014, a una cuenta del Bank Hapoalim de la ciudad de Colonia, de la República Oriental del Uruguay”, recordó el fin de semana anterior el periodista Horacio Verbitsky en el sitio El Cohete a la Luna.

El misterioso Picón

El vínculo entre Claudio Picón y Nisman es otro de los puntos no esclarecidos, tras el suicidio. El fiscal tenía un nivel de vida que excedían largamente sus ingresos salariales. Manejaba un AudiQ5, que estaba a nombre de de una empresa de Picón. 

En los tribunales federales la impresión es que Picón es un hombre muy ligado a la embajada de EE.UU. y que habría hecho parte de su patrimonio trabajando para Kroll, una agencia privada de espionaje de larga actividad en Argentina. Picón también aparece como hombre de confianza de Nisman por la cuenta en el Merril Lynch. En la pequeña caja fuerte del departamento de Puedo Madero donde vivía Nisman se encontró el comprobante de una transferencia entre los dos por unos 200 mil dólares.

Picón le pidió varias veces a Bonadio que le devolvieran el coche. En diciembre, la Cámara Federal le dijo a Bonadio: “a la luz del letargo que exhibe el trámite del presente legajo, se torna necesario instar al juez de la anterior instancia a arbitrar los medios necesarios para que se avance en la pesquisa con la mayor celeridad que la investigación lo permita”.

Llamadas de espías

Uno de los hechos más llamativos para la fiscal Vivian Fein, quien originalmente investigó la muerte de Nisman, hasta que pasó al fuero federal, fue la intensa cantidad de llamadas que hubo el domingo en que murió Nisman, desde las 9 de la mañana, hasta que la madre del fiscal entró en el departamento y uno de los custodios lo encontró muerto en el baño. Las llamadas vincularon a Stiuso y otros ex funcionarios de la Side como Alberto Massino, Fernando Pocino y César Milani, el ex jefe del Ejército.

«Por el entrecruzamiento de llamadas del día domingo parece que estaban esperando un resultado», había dicho Fein y agreó que es «llamativo que personalidades de ese calibre estuviesen el mismo día de la muerte hablando en forma ininterrumpida desde primera hora de la mañana hasta tomar estado público la muerte».

Una de las hipótesis de la fiscal, ya jubilada, es que Nisman habría sido instigado a cometer el suicidio, después de haber realizado la denuncia contra CFK y no haber obtenido el respaldo que esperaba en el mundo judicial.


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