Los dos delincuentes que tomaron de rehenes a un matrimonio y a su hija de 9 años en su casa de la localidad bonaerense de Tortuguitas durante seis horas el jueves último fueron trasladados al penal de máxima seguridad de Sierra Chica.
Fuentes judiciales informaron que Marcelo Ameijeiras (42), alias «El Correntino», y Marcelo García (40) serán alojados en celdas unicelulares, en las que permancerán en principio aislados, en ese penal dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense.
«No declaramos porque no nos dan garantías de vida», dijo Ameijeiras (42), alias «El Correntino», al ser trasladado desde la fiscalía de Malvinas Argentinas a la alcaidía de José C Paz, donde está detenido desde ayer.
El imputado formuló estas declaraciones a la prensa al ser retirado del despacho de la fiscal Karina Carbonella en medio de un importante operativo de seguridad por parte del Grupo Halcón y del Servicio Penitenciario bonaerense.
Los mismos efectivos luego lo trasladaron junto a su cómplice, Marcelo García (42), que tampoco declaró, al pabellón de máxima seguridad de la unidad 2 de Sierra Chica, donde van a estar en celdas unicelulares, es decir para un solo preso.
«Quiero dejar asentado en estado público que mi vida está en riesgo. Los poderes lo están pidiendo así: no quieren que hable», concluyó el imputado, que tiene graves antecedentes penales, entre ellos el homicidio de un joven, asaltos a mano armada y fugas.
Por su parte, la abogada Mónica Chirivín, que defiende a este imputado y a su cómplice, Marcelo García (40), dijo que no declararon porque «no tienen muy en claro las imputaciones y no están en condiciones de hacer un descargo cuando venían ayer de una supuesta persecución».
A Ameijeiras lo acusan de siete delitos: privación ilegal de la libertad agravada, robo calificada por uso de arma en grado de tentativa (por el auto que se querían llevar), amenazas agravadas por el uso de arma, coacción agravada contra el personal policial y judicial, portación ilegal de arma de uso civil, desobediencia (no quería ser fichado en la comisaría) y daño calificado (porque rompió la luneta de un patrullero de un cabezazo).
En tanto, a García, le imputan tres: privación ilegal de la libertad, robo calificado por el uso de arma en grado de tentativa y portación ilegal de arma de uso civil.
La letrada dijo que ambos «entraron a una casa sin saber si había dos o tres personas y lo hicieron sin ánimo de robar», según le manifestaron, por lo que «lógicamente, piden disculpas a las víctimas».
«Trataremos por todos los medios de que puedan hacer su descargo entendiendo bien que hicieron ayer porque hasta el momento no está muy en claro cómo se han manejado. Ellos han estado en una situación límite, por eso estaban atemorizados y cometieron el delito de privación ilegal de la libertad», sostuvo.
Agregó que los detenidos «siguen con el discurso de que hay una cuestión política» en el medio de las fugas como la que protagonizó Ameijeiras cuando se escapó de una comisaría de Moreno en septiembre.
«Hay que entender la situación del detenido, yo creo que el gobernador y el ministro están ajenos a este tipo de cosas», sostuvo la abogada y dijo que ella todavía no puede certificar las denuncias de su asistido porque no pudo hablar ampliamente con él.
Lo que sí remarcó es que «ayer, en todas la negociaciones, lo más importante es que él brega por su vida, su integridad física y la de su familia» y siente que está «en estado de desesperación, pidiendo protección desde todo punto de vista». «Él dice que teme por su vida, que es hombre muerto», agregó.
Por su parte, Alberto Presa (34), el hombre que estuvo cautivo junto a su mujer y su hija, dijo que su familia «está nerviosa» por lo sucedido y remarcó: «Los nervios que uno pasa en un momento como éste no te lo saca nadie».
En la puerta de su casa, explicó que los delincuentes no los maltrataron «en ningún momento» y que con ellos «se portaron bien», ya que «las amenazas las hacían hacia afuera». Daniel agregó que los delincuentes «se tomaron el whisky que había en la casa» y al final de todo les prepararon milanesas con arroz.