A tres años de la Tragedia de Once, los padres de Lucas Menghini Rey, una de las 52 víctimas de aquel 22 de febrero, leyeron el documento conjunto de los familiares de en el que aseguraron: «Nuestro objetivo es la condena para todos los responsables».
Los familiares denunciaron el intento de los exfuncionarios nacionales y de la empresa concesionaria TBA durante el juicio oral por «desligarse de la responsabilidad, sin analizar las causas de la tragedia» y señalaron la responsabilidad del gobierno nacional: «Es cierto que durante los ’90 se desguazaron los trenes, tan cierto como que se tuvo nueve años para cambiar la flota de trenes y evitar una masacre».
Paolo Menghini comenzó la lectura de un documento duro con el gobierno nacional indicando que lo hacía «dándole la espalda al refugio del poder político», en referencia a la Casa Rosada, y «de frente a los que no nos han dejado solos en estos más de mil días de tristeza».
A la espera «de que los responsables paguen por tantas muertes evitables», el documento precisó que en las las 71 audiencias de un juicio oral «intachable», el maquinista Marcos Córdoba, acusado por su desempeño la mañana de la tragedia, omitió declarar que los frenos del «chapa 16» fallaron en dos estaciones anteriores a Once, pero indicaron «no es él responsable del estado deplorable de la unidad que tenía a su cargo».
A partir de allí, el documento enumeró las declaraciones de los exsecretarios de Transporte Juan Pablo Schiavi y Ricardo Jaime, los titulares de TBA Sergio Claudio y Mario Cirigliano, el ex titular de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) Pedro Ochoa Romero, el exinterventor Eduardo Antonio Sícaro, y del el exsubsecretario de Transporte Ferroviario Antonio Luna.
«De autocrítica ni una palabra», resumieron los familiares las intervenciones de los acusados y aseguraron que «eligieron desligarse de la responsabilidad, sin que se analice las causas de la tragedia. No lo vamos a permitir». «El calamitoso estado del tren actuó como una trampa mortal, transformando la colisión en una tragedia», gritó Menghini.
María Luján del Rey, madre de Lucas, destacó el aporte de los 300 testigos presentados por las partes en el juicio oral y sostuvo que describieron «las espantosas condiciones del servicio». «Esa fue la verdadera política ferroviaria de la última década y no el desesperado intento por tapar y hacer olvidar sus culpas», apuntó.
En ese sentido, el documento califica al gobierno nacional como «necio» y sostiene que «se esfuerza por tapar el sol con la mano», subraya que la Tragedia de Once es «uno de los ejemplos más tremendos de la corrupción» e insiste en que «de 2003 a 2012 fue el abandono la política pública en los ferrocarriles».
Además, los familiares criticaron duramente al actual ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, al considerar que «mantiene una búsqueda desesperada por los votos sin que los muertos les importen» y exigieron que si «se propone como presidente por la compra de los trenes y se asume como responsable, quien lo antecedió también debe ser acusado como responsable».
En ese punto, el documento señala «la más grande crítica» a la investigación judicial realizada por el juez Claudio Bonadío, quien no involucró en la causa al ministro de Planificación, Julio De Vido, responsable de la secretaría de Transporte al momento de la tragedia. «No vamos a parar hasta que todas los responsables paguen sus culpas», escribieron los familiares. «Si no se condena a funcionarios de alto rango no se condena la impunidad», leyó Del Rey.
Antes de la lectura del documento de los familiares, fueron invitados a expresar su respaldo el presidente del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), Adolfo Pérez Esquivel, la titular de la Agrupación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la Amia (A.D.E.P.I.A), Laura Ginsberg, y el presidente de la Fundación La Alameda, Gustavo Vera.
«Esto no pasó únicamente en Once a un grupo de familiares sino a todos y a todas. Cada día sentimos las tragedias que han golpeado al pueblo argentino: la dictadura, la Amia, Cromañón y tantas otras», señaló Pérez Esquivel. Y convocó a descubrir en la lucha de los familiares de Once «los signos de la resistencia, del reclamo por verdad, justicia y reparación».
Además, Pérez Esquivel pidió no focalizar toda la carga de lo ocurrido en el maquinista, Marcos Antonio Córdoba, y señaló a los empresarios que «se llenaron los bolsillo» en referencia a los dueños de TBA, concesionaria hasta 2012 de la línea Sarmiento, Sergio Claudio y Roque Ángel Cirigliano.
Bien temprano, los familiares se hicieron presentes en la estación de Once para escuchar, como cada día 22, la sirena a las 8.32, hora exacta en la que el la formación «chapa 16» impactó contra la barra de contención del Andén 2. En el Memorial de los Corazones, ubicado en el Andén 1, la madre de una de las víctimas descubrió una placa conmemorativa firmada por el Papa Francisco. Al mediodía, participaron de una misa en la Catedral Metropolitana.
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