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Tragedia de Once: nuestra lucha por Justicia

Por Paolo Menghini

Al cumplirse 19 meses del día en que la tragedia de Once partiera nuestra vida y la historia del país en dos, los Familiares y amigos de la víctimas de la tragedia de Once queremos recordar ese día reafirmando nuestra convicción en nuestra lucha por justicia.

En las últimas semanas hemos visto y oído como desde distintos medios se ha tomado la declaración de una querella de la tragedia como la voz de todos nosotros, lo que a tantos meses no solo es un error grave, sino que genera una información que motiva confusiones inducidas por intereses que no son ni serán nunca los nuestros. Llamamos a los medios de comunicación a transmitir con la responsabilidad que les compete la postura de las diferentes querellas de esta causa, contextualizando y explicando cada declaración que se obtenga de un letrado ligado al proceso. En él actúan diferentes abogados, cada uno representando a distintos heridos y fallecidos. No hay una sola querella sino muchas, encolumnadas en las diferentes cabezas de querella establecidas por el Juzgado de Instrucción. Entre ellas hay diferencias procesales, por ello, ninguna representa por si sola al conjunto, a pesar de que la mayoría de ellas sostienen en sus presentaciones las responsabilidades estatales, empresariales, y del sindicalismo burócrata.
Los familiares de los fallecidos, y los heridos que componemos este grupo sostenemos desde el primer día en nuestros mensajes, y además en los tribunales,  la absoluta responsabilidad de los ex funcionarios del Gobierno Nacional, de los empresarios y de los sindicalistas ligados al poder en la gestación de la tragedia. Nunca nos hemos movido, ni lo haremos, de esa convicción. Consideramos que el desastre del 22 de febrero de 21012 tuvo a los hermanos Cirigliano, a los ex secretarios Jaime y Schiavi,  a los demás procesados y a la corrupción encarnada en sus acciones como el motivo fundamental de lo ocurrido.
La Justicia determinará la responsabilidad de Marcos Antonio Córdoba en lo sucedido y el rol del error humano o la impericia en la tragedia. Ni lo condenamos, ni lo exculpamos de antemano. Pero sabemos que nada de lo que nos destrozo la vida hubiese sucedido si entre 2003 y 2012 el Gobierno Nacional no hubiese mirado para el costado, dejando que se esfumaran 3000 millones de pesos en subsidios. No estaríamos esperando un juicio oral, si se hubiese exigido y supervisado  la reinversión empresarial, en lugar de elogiarlos públicamente y sacarse fotos con ellos sonriendo, mientras el Sarmiento se derrumbaba y la vida de los usuarios corría riesgo con cada convoy.
Hoy volvemos a escuchar las promesas de cambios. Cuanto mejor hubiese sido que las hicieran y ejecutaran antes de arrastrarnos al dolor de perder 52 vidas inocentes. Pudieron, y no quisieron y ahora parece que emprendiesen una política de infraestructura ferroviaria como producto solo de su voluntad política. Nunca nos opondremos ni obstaculizaremos  los cambios ni a las mejoras que lleven al tren a lo que nunca debió dejar de ser: el medio seguro y eficaz que los usuarios merecemos. Pero no vamos a dejar de expresar las diferencias que tengamos y mucho menos vamos a dejar de recordarles que era su obligación cuidar de la vida que les arrancaron a nuestros amados muertos. Entonces, nunca bajaremos la voz para decir que las promesas de hoy son el resultado de la corrupción, la desinversion, la falta de interés y las muertes innecesarias de ayer.
Condenamos, además, la persecución judicial que los hermanos Cirigliano están realizando contra los delegados de Emfer por haber rescatado comprobantes fundamentales del su mal accionar cuando los empresarios intentaron quemarlos, en un claro intento de destrucción de pruebas y que les valió la detención por algunos días. A esos trabajadores, que tuvieron el valor de pensar en todos nosotros, preservando pruebas de mucha importancia para las pericias contables, ahora se los procesa por robo en banda. Rechazamos esa posibilidad y pedimos además la estatización de Emfer garantizando cada uno de los puestos de trabajo.
Seguimos luchando, seguimos pidiendo Justica, verdad y memoria. Seguiermos de esta manera siempre, hasta vera a los corruptos tras las rejas.
Se habla de re-estatización, como si eso solo fuera garantía de algo. Cinco de los procesados fueron parte de este Gobierno, y por ende del Estado Nacional. Y ya conocemos de sobra el patetismo y la falta de interés por todos con que encararon su gestión. Estatizar no significa por sí solo eliminar los focos de corrupción. Por eso, sostenemos que es esencial el rol de trabajadores y usuarios en la administración del servicio, ya que ellos son los principales garantes de que los errores del pasado no vuelva a repetirse.
Seguimos esperando el juicio oral, mientras los procesados continúan pidiendo nulidades. Solicitamos al mas alto tribunal de la Nación que les responda rápidamente para acelerar los tiempos procesales. Porque mientras tanto toda la sociedad espera el día de verlos sentados frente a los jueces escuchando su condena.

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